El síndrome de Down o trisomía 21 es un desorden multisistémico que afecta aspectos físicos, cognitivos, emocionales, psicológicos y óculo/visuales. La doctora Ana Laura Martínez Rodríguez, licenciada en optometría y maestra en rehabilitación visual, destaca en entrevista con SuMédico la importancia de atender las alteraciones visuales que más afectan a estos pacientes.
En 2007, la Secretaría de Salud estimó que en México había una prevalencia del síndrome de Down de 1 por cada 650 recién nacidos vivos.
Según la doctora Martínez, las características propias del síndrome de Down los hace tener mayores riesgos cardiacos, de tiroides, hormonales, y una basta gama de alteraciones, destacando las oftalmológicas y visuales.
{"field1":"“Se estima que entre el 50 y hasta el 70% de las personas con síndrome de Down sufren de estas alteraciones de la vista”, asegura la experta. ","field2":""}
Alteraciones visuales comunes en síndrome de Down
Debido a esta situación, es más común encontrar en ellos disfunciones oculomotoras, como el estrabismo, que es cuando uno de los ojos no está alineado con el otro; también el nistagmo, que es cuando el ojo tiene un temblor o movimiento anómalo; asimismo, alteraciones en la acomodación o el enfoque de la vista.
“Se estima que de un 20% a 40% de los niños con síndrome de Down presentan estrabismo, la mayor parte endotropia (desviación del ojo hacia adentro) y un porcentaje menor exotropia (desviación ocular hacia afuera)”, explica Martínez.
También es común encontrar errores refractivos, lo que comúnmente se conoce como miopía, astigmatismo o hipermetropía. De igual forma, hay menor sensibilidad al contraste, que es una habilidad para hacer la definición entre un fondo y algo que nos llama la atención a la vista.
“En la parte ocular o estructural, las personas con síndrome de Down tienen blefaritis, que son infecciones recurrentes en los párpados, cataratas, queratocono, anormalidades en párpados e incluso, obstrucción de los conductos lagrimales”, asegura Martínez.
¿Cómo detectar anomalías visuales en los pacientes de SD?
Para detectar estas alteraciones y prevenir complicaciones es necesario que, desde el nacimiento, se haga un tamiz en el bebé con síndrome de Down.
La doctora Martínez explica que es especialmente común encontrar cataratas congénitas, por lo que inmediatamente se debe pasar de la sala de partos a una oftalmoscopia que es asomarse hacia el ojo con una lámpara y lentes especiales para ver que los medios estén transparentes.
{"field1":"“Cuando hay cataratas, los medios, en específico el cristalino, está opaco y no deja pasar la luz, lo que es motivo de una cirugía inmediata”, destaca. ","field2":""}
Si todo está bien al momento del nacimiento, se recomienda hacer evaluaciones con un optometrista en cuanto sea posible, puede ser a los 6 meses de vida del bebé o al año. Después de eso, las revisiones de los ojos deben hacerse cada año en los niños con síndrome de Down.
“Los expertos podemos analizar la agudeza visual, pero si todavía no es posible porque es muy pequeño, se puede obtener la graduación que se necesite prácticamente sin la cooperación del paciente, de manera que desde que es bebé podemos tener la graduación, no necesitamos que sepa leer ni hacer algo en específico”, asegura la optometrista.
En las revisiones con los especialistas también se observan los párpados, que el bebé no desvíe sus ojos y que su calidad de lágrima esté bien.
Complicaciones por no atender las alteraciones visuales
De acuerdo con Martínez, hay alteraciones en las personas con síndrome de Down que pueden causar ceguera si no se atiende el padecimiento desde el principio.
“Las personas con síndrome de Down pueden ser autosuficientes, trabajar y estudiar, pero las implicaciones de la vista, más que su propia condición, pueden impedir su desarrollo correcto, como sucede con cualquier otra persona, solo que en ellos el riesgo de problemas es mayor”, asegura Martínez.
¿Cómo tratar alteraciones visuales en síndrome de Down?
La experta detalla que para la mayoría de los problemas visuales se pueden colocar lentes y hay armazones especiales con ciertas características para las personas con síndrome de Down, ya que tienden a tener el puente nasal muy bajito.
“Es importante la elección del material tanto de la montura como de la lente, se tienen que considerar aspectos de seguridad y durabilidad, en el caso de las monturas pueden sugerirse monturas flexibles y/o sin bisagras y esta debe ajustarse a la anatomía del paciente”, puntualiza.
También se pueden utilizar lentes de contacto, especialmente cuando hay queratocono, que es el adelgazamiento de la superficie ocular (la córnea) y se hace como una protuberancia, con lo que la calidad visual disminuye mucho a tal punto que con lentes de armazón no se mejora lo suficiente el problema.
“Cuando el paciente ya tiene una debilidad o una visión baja, se les pueden dar ayudas ópticas no convencionales como filtros, telescopios, microscopios, que además se pueden adaptar a las necesidades”, dice la maestra en rehabilitación visual.
En cuanto a las alteraciones oculares, un cirujano oftalmólogo puede hacer el procedimiento que se necesite, ya sea en el párpado, para quitar cataratas o corregir estrabismo.
Todos estos tratamientos pueden estar al alcance de cualquier persona que lo necesite.
{"field1":"“Los pacientes con síndrome de Down deben tener revisiones desde con el pediatra, hasta el médico general, que pueden canalizar con el médico oftalmólogo y el optometrista ante cualquier anomalía”, agrega Martínez. ","field2":""}
Programa Tri 21
Afortunadamente, existen diversas organizaciones enfocadas en el apoyo de las necesidades de pacientes y sus familias, como Tri 21 que es un programa institucional de la Escuela Nacional de Estudios Superiores en León Guanajuato, en el que la Clínica de Odontología, de Fisioterapia y de Optometría atiende a personas con síndrome de Down sin ningún costo. Solo hay que hacer un registro y se hace la evaluación completa del paciente.
Finalmente, a los especialistas en optometría y oftalmología, la doctora Martínez les da un mensaje: “yo les diría que, si por alguna razón no pueden atender a un paciente con síndrome de Down, tienen la obligación de canalizarlo para que reciban la mejor atención”.
A los familiares y los propios pacientes les aconseja buscar siempre alternativas, porque siempre se puede hacer algo, no quedarse con lo primero que les dicen, deben tenderse de manera integral.
“Lo que nosotros como profesionales de la salud siempre buscamos es la calidad de vida de todas las personas con síndrome de Down”, concluye Martínez.