La
historia oficial se ha encargado de idealizar a los
héroes de la Independencia de México con personalidad determinante; sin embargo, la mayoría no estuvo exento de sufrir algunas
enfermedades, por lo cual, con motivo de las fiestas patrias, te presentamos algunos casos.
El tiempo se ha encargo de hacernos creer que nuestros
padres de la patria eran personas que todo lo podían, pero es la misma historia, sus libros, leyendas y registros, que nos permiten conocer estos padecimientos.
Lo importante no sólo es tomar conciencia de las enfermedades que afectan a los mexicanos desde hace más de 100 años, sino también de que con una gran convicción se puede salir adelante.
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José María Morelos
Uno de los grandes personajes de la historia de México que no sólo fue uno de los dirigentes más duros y estratégicos de la Guerra de Independencia, sino que también preservó su imagen icónica: de quijada firme y faz adusta, y su cabeza tocada con un paliacate, mirando de perfil en las viejas monedas de a peso y de frente hoy día, en los billetes de 50 pesos.
Sin embargo, aquel paliacate que distinguía su presencia, respondía a una necesidad médica: sufría de migrañas. Morelos intentaba controlar ese mal con remedios herbales que, seguramente sugeridos por la gente del pueblo, acumulaba bajo el icónico paliacate.
Miguel Hidalgo
El llamado “Padre de la Patria”, también de trato duro pero considerado con el pueblo, hombre de respeto y símbolo histórico, según investigadores y el
presidente de la Sociedad Colimense de Estudios Históricos (SCEH), Noé Guerra Pimentel, sufría de una
adicción: al
alcohol, al juego y las mujeres.
Como mera anécdota, se recuerda que en la ficción estas características fueron retomadas por el escritor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia en su novela satírica sobre la Independencia: “Los pasos de López”.
Ibargüengoitia se refiere a Hidalgo como el padre Periñón, cuyo nombre de batalla era López, y lo describe como un hombre que quedó en deuda al perder una fuerte cantidad de dinero en juegos de azar, dinero que le había sido entregado como parte de una beca. También menciona el escritor que Periñón (López o Hidalgo), era asiduo visitante de casas de mujeres.
Josefa Ortiz de Domínguez
La Corregidora de Querétaro, mujer que albergó en su casa las reuniones donde se ideó el plan para iniciar la lucha armada, fue calificada como una "enajenada mental" , pero sobrevivió los encierros ocasionados por su apoyo a la causa independentista.
Se trata de una de las mujeres más importantes de la historia de México que murió en 1829, a los 56 años, víctima de pleuresía.
La pleuresía es la inflamación del revestimiento de los pulmones que ocasiona dolor al respirar o toser, puede desarrollarse cuando la persona presenta inflamación pulmonar debido a infecciones como neumonía o tuberculosis
Dueña de un carácter férreo, que le permitió enfrentar con valentía el encierro, luego de ser descubierta como una de las principales organizadoras de la conspiración para iniciar la Independencia de México, Josefa, quedó presa bajo palabra en su domicilio por ser madre de niños pequeños.
Tiempo después, por sus ideas contra la opresión española fue delatada por un eclesiástico y el virrey Calleja aprovechó para arrestarla y conducirla a la Ciudad de México tratándola como una peligrosa criminal.
El auditor de guerra, Melchor Foncerrada, declaró que Josefa Ortiz de Domínguez “padecía enajenación mental”, lo que la hizo ser una presa de conciencia por su ideología contra el régimen. Recluida en varios conventos, quedó libre en 1817.
Pese a ello, su papel en la historia es fundamental, por ello es reconocida como parte de los principales héroes de la Independencia de México, junto a Morelos e Hidalgo.