La Clínica Mayo explica que el término demencia se utiliza para describir un grupo de síntomas que afectan la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales, a continuación, te daremos algunos hábitos para reducir el riesgo de padecer esta enfermedad.
La demencia puede interferir en la vida diaria, esta no es una enfermedad específica, sino que muchas enfermedades pueden causarla.
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¿Cuáles son los hábitos para reducir el riesgo de demencia en adultos mayores?
La demencia afecta a millones de personas en el mundo, pero estudios recientes demuestran que hasta el 40% de los casos podrían prevenirse con cambios en el estilo de vida. Neurocientíficos y especialistas en envejecimiento cerebral han identificado hábitos cotidianos que protegen nuestra salud cognitiva.
Estos son los cinco hábitos para reducir el riesgo de demencia en adultos mayores:
- Tener una alimentación saludable
Nutrir el cerebro comienza en el plato. La dieta mediterránea, rica en pescados grasos, nueces, aceite de oliva y vegetales, ha demostrado reducir hasta un 35% el riesgo de deterioro cognitivo. Los ácidos grasos omega-3 del salmón y las sardinas protegen las neuronas, mientras los antioxidantes de los frutos rojos combaten el estrés oxidativo.
Un estudio del Journal of Neurology encontró que quienes consumen estas dietas tienen cerebros con mayor volumen en áreas relacionadas con la memoria.
- Hacer ejercicio
El movimiento no solo beneficia al corazón, sino también al cerebro. Treinta minutos de ejercicio aeróbico (caminar rápido, nadar o bailar) cinco veces por semana aumentan el flujo sanguíneo cerebral y estimulan la producción de BDNF, una proteína que favorece la formación de nuevas neuronas.
Investigaciones de la Universidad de Harvard revelan que las personas activas tienen un 45% menos riesgo de Alzheimer. Incluso el yoga y el tai chi, que combinan movimiento y meditación, mejoran la conectividad neuronal.
- Dormir bien
Durante el sueño profundo, el cerebro activa su "sistema glinfático", que elimina toxinas como las proteínas beta-amiloides asociadas al Alzheimer. Dormir menos de 6 horas de forma crónica acelera el envejecimiento cerebral.
La Clínica Mayo recomienda mantener horarios regulares, evitar pantallas antes de dormir y crear rituales relajantes. Un estudio en Science mostró que quienes duermen 7-8 horas tienen menor acumulación de placas amiloides.
- Hacer cosas nuevas
Aprender cosas nuevas crea reserva cognitiva. Idiomas, instrumentos musicales, juegos de estrategia o incluso nuevas rutas al trabajo fortalecen las conexiones neuronales.
La Universidad de Cambridge demostró que personas bilingües desarrollan demencia 5 años más tarde. La clave está en desafiar al cerebro: crucigramas fáciles no bastan; hay que buscar actividades que requieran concentración sostenida.
- Salir con los amigos
La soledad crónica aumenta el riesgo de demencia tanto como el tabaquismo. Las interacciones sociales estimulan múltiples áreas cerebrales simultáneamente.
Un estudio de 28 años publicado en PLOS Medicine mostró que quienes tienen vida social activa preservan mejor su memoria. No se trata de cantidad, sino de calidad: conversaciones profundas, voluntariado o pertenecer a clubes son más efectivos que miles de "amigos" superficiales en redes sociales.
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