En una entrevista exclusiva para SuMédico, el Dr. Jesús Felipe Gonzáles Roldán, presidente de la Red “México sin Tabaco”, el especialista señaló que el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios IEPS 2026 ha excluido deliberadamente a las bebidas alcohólicas y alimentos ultraprocesados de los aumentos impositivos.
Te podría interesar
- Consultas en farmacias
Consultas en farmacias: La red de salud que llena el vacío del sistema público en México
- impuestos saludables
Expertos exigen impuestos “saludables”: urgen elevar al 20% el precio de refrescos
- medicamentos
Farmacéuticas y proveedores a Sheinbaum: "el problema es la planeación, no los pagos"
El especialista no duda en calificar la medida como "un impuesto sin integralidad" que privilegia intereses comerciales sobre el bienestar de la población.
La situación resulta particularmente grave cuando se examinan las cifras oficiales: siete de cada diez adultos mexicanos padecen sobrepeso u obesidad, mientras que entre niños y adolescentes la proporción alcanza a uno de cada tres. Paradójicamente, los cereales azucarados, dulces y snacks ultraprocesados -responsables clave de esta epidemia- seguirán disfrutando de tratos fiscales preferenciales.
El mundial 2026 en México, la excusa para no aumentar impuestos en el alcohol
Lo más escandaloso viene cuando se analizan los argumentos de los legisladores para proteger a la industria alcohólica. Diputados y senadores han esgrimido que no puede aumentarse el impuesto al alcohol antes del Mundial 2026, como si este evento deportivo justificara poner en riesgo la salud de millones de mexicanos.
La realidad internacional desmiente esta excusa: en la mayoría de los estadios europeos y cada vez más en los argentinos, solo se permite la venta de cerveza cero alcohol. Mientras otros países avanzan hacia la protección de la salud, México retrocede bajo argumentos que carecen de sustento científico y ético.
También es importante señalar que, en el último mundial, el disputado en Qatar 2022, tampoco se permitió la venta de bebidas alcohólicas en el estadio y sus alrededores.
En México está prohibido vapear, pero mucha gente lo hace
El escándalo alcanza niveles de cinismo absoluto cuando se examina el tema de los vapeadores. Mientras se aprobaba su prohibición equiparándolos con el fentanilo en el artículo 4° constitucional, varios legisladores eran sorprendidos vapeando en los propios pasillos del Congreso de la Unión, señaló el Dr. Jesús Felipe González Roldán.
Esta prohibición, que ningún otro país en el mundo ha implementado con tal radicalidad, ha generado un floreciente mercado negro controlado por mafias que operan en la clandestinidad. El resultado: productos sin regulación, sin control sanitario y sin impuestos que benefician exclusivamente al crimen organizado.
Las consecuencias de esta política son devastadoras desde la perspectiva de salud pública. Mientras un cigarro tradicional contiene 69 sustancias carcinógenas, los vapeadores contienen solamente cinco. Al prohibir las alternativas de menor riesgo, se condena a los fumadores a continuar con la opción más letal.
Peor aún, el sistema de salud mexicano carece de tratamientos para dejar de fumar en el primer nivel de atención. Las personas que sufren infartos por tabaquismo reciben medicamentos para el corazón, pero nunca un tratamiento integral para superar la adicción que causó el problema.
El doble discurso presupuestal: cobrar impuestos sin prevenir enfermedades
La situación se vuelve aún más grotesca al examinar el destino de los impuestos. Las autoridades de Hacienda insisten en que el IEPS "no tiene fines recaudatorios", pero la evidencia demuestra lo contrario: los recursos no se etiquetan para programas de prevención de adicciones ni para combatir el sobrepeso, la obesidad y la diabetes.
El análisis del Presupuesto de Egresos 2026 revela algo aún más preocupante: hay recortes sustanciales tanto a los programas de prevención de adicciones como a los destinados a combatir la obesidad y diabetes. Se cobran impuestos supuestamente saludables, pero se reduce el presupuesto para prevenir las enfermedades que estos impuestos deberían evitar.
La solución integral que nadie quiere aplicar
Frente a este desolador panorama, el Dr. González Roldán propone tres pilares fundamentales para una política de salud seria: primero, prevención real con campañas educativas continuas, no solo la ocasional campaña contra el fentanilo; segundo, atención médica con tratamientos accesibles para superar adicciones; y tercero, regulación inteligente basada en evidencia científica, no en prohibiciones ideológicas.
Mientras tanto, el mexicano promedio sigue atrapado entre impuestos que no previenen, prohibiciones que no protegen y un sistema de salud que no cura. La verdadera epidemia podría no ser la obesidad o el tabaquismo, sino la corrupción política que impide implementar soluciones basadas en ciencia y no en intereses comerciales o electorales.
Para enterarte de toda la información que necesitas sobre salud y bienestar síguenos en Facebook y TikTok.