NO USAR EL CELULAR EN EL BAÑO

¿Por qué NO debes utilizar tu celular mientras vas al baño?

Llevar el teléfono al baño se ha convertido en un hábito común, pero los expertos advierten que esta práctica puede ser dañina para tu salud

Conoce por qué NO debes utilizar tu celular mientras vas al baño
Conoce por qué NO debes utilizar tu celular mientras vas al bañoCréditos: (Canva)
Escrito en VIDA SANA el

En la era de la hiperconexión, incluso los momentos más íntimos y biológicamente necesarios han sido invadidos por la pantalla del celular. Lo que comenzó como una forma de distraerse o "aprovechar el tiempo" se ha normalizado hasta convertirse en un ritual diario para muchos. Sin embargo, detrás de esta aparente inofensiva costumbre se esconde una realidad repulsiva y un conjunto de riesgos para la salud que van mucho más allá de una simple falta de higiene

Los baños, especialmente los públicos, pero también los domésticos, son entornos ricos en microorganismos. Cada descarga del inodoro genera un "aerosol" invisible de partículas de agua, orina y materia fecal que se deposita en todas las superficies circundantes, un fenómeno conocido como "efecto spray del inodoro". Al introducir tu dispositivo más personal en este entorno, lo conviertes en un caballo de Troya de gérmenes, facilitando la contaminación cruzada y potencialmente comprometiendo tu bienestar. La evidencia científica no deja lugar a dudas: el celular en el baño es un mal compañero.

Las razones del por qué NO debes utilizar tu celular mientras vas al baño

Numerosos estudios de microbiología han categorizado a los celulares como objetos notablemente sucios, a menudo más contaminados que la suela de un zapato o incluso que la tapa de un inodoro. Una investigación de la London School of Hygiene & Tropical Medicine encontró que 1 de cada 6 teléfonos móviles está contaminado con materia fecal, debido a la transferencia de bacterias desde las manos mal lavadas. Estos dispositivos, con su superficie táctil cálida, se convierten en el caldo de cultivo perfecto para patógenos.

Estos microorganismos pueden sobrevivir en las pantallas durante horas e incluso días. Cada vez que tocas tu teléfono y luego tu cara, boca o comida, estás facilitando una ruta de infección directa. El baño, por tanto, no es el lugar donde se contaminan, sino donde la carga bacteriana puede aumentar exponencialmente y volverse más peligrosa.

  • El peligroso "efecto spray" del inodoro

Cuando jalas la cadena del inodoro con la tapa abierta, se produce un fenómeno demostrado por la ciencia: la creación de un aerosol turbulento que puede proyectar gotículas microscópicas de agua y desechos a más de 1.5 metros de distancia. 

Un estudio publicado en el Journal of Applied Microbiology detalla cómo estas partículas, cargadas de bacterias y virus, se depositan en el piso, las paredes, el lavabo, el cepillo de dientes... y, por supuesto, en cualquier objeto que sostengas, como tu celular.

Esto significa que incluso si no tocas nada y solo estás sentado usando tu teléfono, la nube invisible generada por la descarga (tuya o de alguien más) cubre tu dispositivo con una película de patógenos potenciales. En un baño público, donde el inodoro se usa decenas de veces al día, la concentración de este aerosol es constante. Tu celular actúa entonces como una esponja, capturando y almacenando estos gérmenes para que los acarrees contigo el resto del día.

Bajarle al baño puede llenar de partículas tu celular. (Foto: Canva)
  • Un hábito que daña tu cuerpo 

El riesgo no es solo microbiológico. Pasar largos períodos sentado en el inodoro con el celular altera la biomecánica natural de la defecación. Esta postura prolongada, a menudo en una posición encorvada sobre la pantalla, aumenta la presión intraabdominal y el esfuerzo en el área pélvica. Los proctólogos advierten que esto puede contribuir al desarrollo o empeoramiento de hemorroides, fisuras anales y, en casos severos, incluso al prolapso rectal.

Además, distraerte con el teléfono desconecta la señal natural de "ya terminé" que tu cerebro envía al cuerpo. Esto lleva a pasar más tiempo del necesario sentado, lo que empeora la congestión venosa en la zona. En esencia, usar el celular en el baño entrena a tu cuerpo para una defecación ineficiente y potencialmente dañina, convirtiendo un acto fisiológico rápido en una sesión maratónica de riesgos.

  • El peligro de entrar al baño con tu celular

Imagina la secuencia: entras al baño con el celular, lo tocas con manos que luego tocan la perilla del inodoro. Usas el teléfono y lo guardas. Después, aunque te laves las manos correctamente (algo que no siempre sucede), vuelves a tomar tu teléfono, ahora contaminado, con las manos limpias, reiniciando el ciclo. Esa bacteria fecal que viajó desde el baño hasta la pantalla ahora viaja contigo a la cocina, a tu escritorio, a la mesa del restaurante.

Tu celular se convierte en un vector constante de recontaminación. Lo apoyas en la encimera mientras preparas la comida, lo llevas a la cama, lo acercas a tu rostro para hablar. Esta cadena hace que el lavado de manos, la barrera más importante contra las enfermedades pierda gran parte de su eficacia si no se acompaña de una limpieza regular y profunda del dispositivo, algo que la mayoría de las personas pasa por alto.

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