JUGAR VIDEOJUEGOS

¿Cuáles son las consecuencias de jugar más de 3 horas al día videojuegos?

Diversos estudios han demostrado que superar las tres horas diarias de juego continuo puede tener repercusiones directas en el bienestar físico

Conoce las consecuencias de jugar más de 3 horas al día videojuegos
Conoce las consecuencias de jugar más de 3 horas al día videojuegosCréditos: (Canva)
Escrito en VIDA SANA el

Muchos jóvenes e incluso ya adultos juegan videojuegos todos los días para desestresarse, sin embargo, hacerlo más de 3 horas diariamente puede traer algunas consecuencias negativas para la salud.

Los videojuegos forman parte de la vida cotidiana de millones de personas, especialmente de niños, adolescentes y jóvenes adultos. Si bien pueden ofrecer beneficios como entretenimiento, desarrollo de habilidades cognitivas y socialización, su uso excesivo se ha convertido en un tema de interés para la salud pública. 

Las consecuencias de jugar más de 3 horas al día videojuegos

Diversos estudios han demostrado que superar las tres horas diarias de juego continuo puede tener repercusiones directas en el bienestar físico, muchas veces subestimadas por los jugadores.

Este fenómeno no solo afecta a quienes juegan de manera recreativa, sino también a streamers y jugadores profesionales, quienes por su actividad están expuestos a largas jornadas frente a las pantallas. El problema radica no solo en el tiempo total, sino en la falta de conciencia sobre la importancia de mantener una postura adecuada, realizar pausas y equilibrar esta actividad con ejercicio físico. Ignorar estas señales puede llevar desde molestias leves hasta condiciones que requieren atención médica especializada.

Diversos estudios han demostrado que superar las tres horas diarias de juego continuo puede tener repercusiones directas en el bienestar físicos. (Foto: Canva)

Estas son las consecuencias de jugar más de 3 horas al día videojuegos:

  • Dolor y lesiones en manos, muñecas y antebrazos

La repetición constante de movimientos al utilizar mandos, teclados o ratones durante periodos prolongados genera una sobrecarga significativa en los tendones y articulaciones de las extremidades superiores. Esto puede derivar en condiciones como tendinitis, síndrome del túnel carpiano o tenosinovitis, conocida comúnmente como "pulgar de gamer". 

Los síntomas incluyen dolor localizado, hormigueo, entumecimiento y pérdida de fuerza en las manos, lo que no solo afecta el rendimiento en el juego, sino también las actividades diarias como escribir o sostener objetos. Si no se trata a tiempo, el daño puede volverse crónico y requerir terapia física o incluso intervención quirúrgica.

  • Molestias en cuello y espalda por mala postura

Mantener una posición estática durante horas, frecuentemente encorvado hacia la pantalla, genera tensión acumulada en la columna vertebral y los músculos de la espalda y el cuello. La falta de un soporte lumbar adecuado y la altura incorrecta de la silla y el monitor son factores clave que contribuyen al dolor. Con el tiempo, esta postura puede provocar contracturas musculares, desgaste de discos vertebrales y alteraciones en la curvatura natural de la columna, aumentando el riesgo de padecer cervicalgia o lumbalgia crónica. Es esencial adaptar el espacio de juego para favorecer una alineación corporal neutra y realizar estiramientos cada cierto tiempo.

  • Fatiga visual y sequedad ocular

La exposición continua a las pantallas reduce la frecuencia del parpadeo, lo que provoca sequedad e irritación en los ojos. Además, el esfuerzo por enfocar imágenes en movimiento rápidos y los efectos de la luz azul pueden causar fatiga visual, caracterizada por visión borrosa, enrojecimiento, picazón y dolores de cabeza. A largo plazo, este esfuerzo visual sin descanso adecuado puede acelerar problemas como miopía o sensibilidad a la luz. Los especialistas recomiendan seguir la regla "20-20-20": cada 20 minutos, mirar un objeto a 20 pies (6 metros) de distancia durante al menos 20 segundos.

  • Sedentarismo 

Pasar más de tres horas sentado jugando videojuegos inevitablemente desplaza el tiempo que podría dedicarse a actividades físicas. Este sedentarismo se asocia con un mayor riesgo de sobrepeso, obesidad, debilidad muscular y problemas metabólicos como resistencia a la insulina. La falta de movimiento también afecta la circulación sanguínea, especialmente en las piernas, pudiendo favorecer la aparición de trombosis en casos extremos. Incorporar rutinas de ejercicio regular y pausas activas cada hora es fundamental para contrarrestar estos efectos negativos.

  • Alteraciones del sueño y fatiga general

La estimulación cerebral que producen los videojuegos, especialmente antes de dormir, puede interferir con la capacidad para conciliar el sueño y reducir su calidad. La luz azul de las pantallas inhibe la producción de melatonina, la hormona que regula el ciclo del sueño, principalmente a insomnio o sueño no reparador. La combinación de falta de descanso, dolor físico y esfuerzo visual deriva en fatiga crónica, afectando el rendimiento académico o laboral, el estado de ánimo y la salud en general.

Si bien jugar videojuegos puede ser una actividad divertida y hasta formativa, es crucial establecer límites claros y adoptar hábitos saludables. Configurar alarmas para hacer pausas, acondicionar un espacio ergonómico, hidratarse y alternar el juego con actividad al aire libre son medidas sencillas que permiten disfrutar de esta forma de ocio sin poner en riesgo la salud. La moderación y la conciencia corporal son la clave para evitar que el entretenimiento se convierta en un problema físico a largo plazo.

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