La grasa abdominal es una de las más difíciles de eliminar, por ello expertos de la nutrición y ciencia del deporte explican qué funciona realmente: ejercicio, alimentación o la combinación de ambos.
Este tipo de acumulación no solo representa un reto estético: también es un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y trastornos metabólicos.
Por consiguiente surge una pregunta frecuente: ¿qué es más efectivo para eliminarla, el ejercicio o la dieta? La respuesta, según diversas fuentes científicas, no es tan simple como elegir una sola opción. Aquí en Sumédico te explicamos todos los detalles de este problema.
¿Por qué es tan difícil perder grasa abdominal?
La grasa visceral es metabólicamente activa y responde de forma distinta a los cambios de estilo de vida. La grasa abdominal profunda aumenta la inflamación y está más relacionada con problemas de salud graves que la grasa subcutánea. Además, se reduce más lentamente que otras reservas de grasa.
Factores hormonales, el estrés, la genética y los hábitos de sueño también influyen en su acumulación, por lo que abordarla requiere una estrategia integral.
¿Qué pesa más para perder grasa abdominal: dieta o ejercicio?
La evidencia científica sostiene que la dieta tiene un mayor impacto inicial en la reducción de grasa corporal, incluida la abdominal. La pérdida de peso depende principalmente de reducir la ingesta calórica, y ningún nivel de ejercicio puede compensar una alimentación alta en calorías.
Sin embargo, el ejercicio cumple una función clave: evita recuperar el peso perdido, acelera la quema de grasa y mejora la sensibilidad a la insulina.
¿Cuánto ayudan los ejercicios cardiovasculares?
El cardio moderado o intenso es eficaz para reducir la grasa visceral, especialmente cuando se realiza 150 a 300 minutos por semana. Actividades como correr, nadar o usar bicicleta elevan el gasto energético y ayudan a disminuir el perímetro de la cintura.
Por esta razón, te mostramos hábitos respaldados por la ciencia para reducir grasa abdominal
- Déficit calórico moderado y sostenido: bajar entre 500 y 750 calorías al día es seguro y efectivo.
- Ejercicio cardiovascular regular: mínimo 150 minutos semanales.
- Entrenamiento de fuerza 2 a 3 veces por semana.
- Dormir entre 7 y 9 horas diarias: la falta de sueño aumenta niveles de cortisol, hormona que favorece el almacenamiento de grasa abdominal.
- Reducir azúcar, alcohol y harinas refinadas: estos alimentos incrementan la grasa visceral más que otros grupos alimenticios.
- Aumentar fibra y proteína: ayudan a controlar la saciedad y a regular el metabolismo.
- Controlar el estrés: técnicas como meditación o respiración reducen cortisol y evitan acumulación abdominal.
Los especialistas coinciden: la combinación de ambos (dieta y ejercicio) para mejorar la pérdida de grasa en esa región. Una dieta equilibrada sin ejercicio pierde eficacia a largo plazo; mientras que solo ejercitarse sin ajustar la alimentación retrasa los resultados. Esta estrategia integral no solo reduce la grasa abdominal, sino que previene enfermedades y mejora la salud general.
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