Las relaciones íntimas juegan un papel muy importante en la pareja, pero ¿es normal no querer tener intimidad con tu ser amado? A continuación, aclaramos esa duda que muchas personas llegan a tener a lo largo de su vida.
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La monotonía, la rutina y el estilo de vida tan acelerado que hoy en día muchas personas llevan puede hacer que las parejas dejen de tener intimidad.
¿Es normal no querer tener intimidad con tu pareja?
La falta de deseo íntimo en una relación es más común de lo que se cree, pero pocas parejas hablan abiertamente del tema. Según un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine, aproximadamente el 30% de las personas experimentan periodos de baja libido en algún momento de su vida en pareja. Los especialistas coinciden en que esto no necesariamente indica problemas graves, pero sí requiere comprensión y diálogo.
¿Cuáles son las principales causas por las que no se quiere tener intimidad en pareja?
Existen diferentes causas por las que no se quiere tener intimidad en pareja, entre las que se encuentran:
- Causas físicas y hormonales
Los cambios hormonales, especialmente en mujeres durante el postparto o la menopausia, y en hombres durante la andropausia, pueden afectar significativamente el deseo sexual.
Además, medicamentos como antidepresivos, anticonceptivos o antihipertensivos suelen tener como efecto secundario la disminución de la libido. El cansancio crónico y condiciones como el hipotiroidismo también juegan un papel importante que no debe ignorarse.
- Factores emocionales y psicológicos
El estrés laboral, la ansiedad y la depresión son enemigos frecuentes de la intimidad. Terapeutas de pareja explican que cuando la mente está ocupada resolviendo problemas o gestionando emociones difíciles, el deseo íntimo suele quedar en último plano.
Conflictos no resueltos en la relación, falta de conexión emocional o resentimientos acumulados también pueden traducirse en rechazo al contacto íntimo.
- Dinámicas de pareja que apagan la chispa
La "monotonía íntima" aparece cuando las relaciones siguen siempre el mismo guión predecible, sin espacio para la exploración mutua. Conflictos no resueltos sobre finanzas, crianza o relaciones con la familia política crean resentimientos que se manifiestan en rechazo al contacto. Diferencias significativas en preferencias íntimas o niveles de deseo generan frustración acumulada que muchas veces lleva a evitar todo contacto cariñoso.
- Factores externos
La cultura del "siempre ocupado" deja poco espacio mental para el erotismo, priorizando trabajo y obligaciones. La hiperconectividad digital (notificaciones constantes, redes sociales) interrumpe momentos íntimos y reduce la atención plena en la pareja. Problemas económicos generan estrés crónico que ocupa el 90% del pensamiento disponible. La crianza intensiva moderna, donde los hijos duermen con los padres hasta edades avanzadas, elimina oportunidades de intimidad espontánea.
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