La adopción global de una Dieta de Salud Planetaria podría reducir en 28% el riesgo de muerte prematura y así evitar hasta 15 millones de fallecimientos cada año, de acuerdo con el informe EAT-Lancet 2025, realizado en colaboración con el Instituto Nacional de Salud Pública. (INSP). El documento señala que este modelo alimentario también disminuiría la incidencia de enfermedades como diabetes tipo 2, cáncer y padecimientos cardiovasculares, al tiempo que mitigaría las presiones ambientales del sistema alimentario actual.
El informe EAT-Lancet 2025- que será presentado este 11 de diciembre en la Academia Nacional de Medicina- concluye que adoptar la Dieta de Salud Planetaria, basada principalmente en alimentos vegetales y mínimamente procesados, podría reducir en 28% el riesgo de muerte prematura a nivel global, lo que equivale a 15 millones de vidas salvadas anualmente.
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Además, advierte que el sistema alimentario actual alimenta dos crisis simultáneas: una crisis sanitaria, en la que 3,700 millones de personas no pueden acceder a una dieta saludable ni a un ambiente limpio y una crisis ambiental, impulsada de forma desproporcionada por los países y personas con mayores recursos.
El documento revela que las dietas del 30% más rico de la población mundial generan 70% del impacto ambiental asociado a la producción de alimentos, mientras que casi la mitad de la población mundial vive sin acceso a alimentos nutritivos, salarios justos o condiciones laborales seguras.
Injusticias que enferman
El informe subraya profundas desigualdades: 32% de quienes trabajan en la producción de alimentos recibe salarios por debajo del nivel de vida; millones de niñas y niños siguen en trabajo agrícola; las mujeres enfrentan brechas salariales sistemáticas y escasa representación en la toma de decisiones.
La Comisión concluye que transformar la alimentación global, debe incluir justicia social: salarios dignos, ambientes seguros y participación real de pequeños productores, mujeres, pueblos indígenas y comunidades históricamente excluidas.
El informe también destaca la necesidad urgente de incorporar la justicia social en los esfuerzos para transformar los sistemas alimentarios, haciendo un llamado a garantizar acceso equitativo a alimentos saludables, condiciones laborales justas y una gobernanza inclusiva.
Un nuevo modelo hacía 2050
La Comisión plantea un sistema alimentario capaz de ofrecer dietas saludables a 9,600 millones de personas en 2050 sin rebasar los límites ecológicos del planeta. Esto requiere:
- Producción agrícola sostenible
- Reducción del desperdicio de alimentos
- Políticas climáticas robustas
- Acceso equitativo a alimentos nutritivos
Con estos cambios, las emisiones derivadas de los sistemas alimentarios podrían bajar de 7.35 a 2.75 gigatoneladas de CO2, equivalente —según el informe— a eliminar todas las emisiones de las plantas termoeléctricas de carbón a nivel mundial.
El informe EAT-Lancet 2025 es contundente: transformar el sistema alimentario mundial es una necesidad sanitaria, ambiental y social y que además, es económicamente es rentable.
"Los sistemas alimentarios actuales generan costos ocultos que ascienden a 15,000 millones de dólares al año, derivados de la carga en los sistemas de salud, la degradación ambiental y otros impactos sociales, lo que refuerza la necesidad económica de un cambio urgente", cita el documento.
El informe estima que inversiones anuales de entre 200 y 500,000 millones de dólares para transformar los sistemas alimentarios podrían generar retornos superiores a 5,000 millones de dólares por año, incluyendo ahorros en costos sanitarios evitados, mayor productividad y reducción del daño ambiental.
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