Seguramente conoces a una persona que siempre está de mal humor, que le cuesta sonreír y que simplemente parece estar enojado con la vida, a continuación, te decimos por qué sucede esto, según la psicología.
El mal humor crónico va más allá de tener un "día difícil": es un estado de irritabilidad persistente que afecta la calidad de vida y las relaciones personales.
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El significado de que una persona siempre esté de mal humor, según la psicología
Mientras que todos experimentamos momentos de frustración, hay personas que parecen vivir en un constante estado de descontento, reaccionando con enojo o negatividad ante situaciones cotidianas.
La psicología y la neurociencia han identificado múltiples factores que explican este comportamiento y son los siguientes:
- Causas psicológicas
El mal humor constante suele ser la punta del iceberg de problemas emocionales no resueltos. Personas con altos niveles de estrés no gestionado, ansiedad no diagnosticada o resentimientos acumulados pueden manifestarlo a través de irritabilidad.
La terapia cognitivo-conductual ha demostrado que muchos casos están ligados a distorsiones del pensamiento, como la generalización ("todo me sale mal") o la personalización ("lo hacen para molestarme").
Además, eventos traumáticos no procesados pueden generar una actitud defensiva permanente. Un estudio publicado en el Journal of Affective Disorders asoció la irritabilidad crónica con mayores niveles de cortisol (la hormona del estrés), creando un círculo vicioso de reactividad emocional.
- Bases neurológicas
La neurociencia ha descubierto que el mal humor persistente tiene raíces biológicas. El desequilibrio en neurotransmisores como la serotonina (reguladora del ánimo) y la dopamina (vinculada a la motivación) puede generar mayor susceptibilidad a la irritabilidad.
Investigaciones del National Institute of Mental Health señalan que la inflamación cerebral baja grado asociada a dietas pobres, falta de sueño o sedentarismo también afecta la regulación emocional. Curiosamente, condiciones como el hipotiroidismo o la deficiencia de vitamina D pueden simular síntomas de depresión, incluyendo el mal humor constante. Por ello, los expertos recomiendan descartar primero causas médicas antes de atribuirlo sólo a factores psicológicos.
- Factores sociales
El contexto juega un papel crucial en los estados de ánimo persistentes. Personas en entornos laborales tóxicos, relaciones interpersonales conflictivas o con cargas económicas abrumadoras suelen desarrollar indefensión aprendida, un estado donde sienten que no tienen control sobre su vida.
Datos de la Organización Mundial de la Salud revelan que países con mayores desigualdades sociales reportan más casos de trastornos del humor, vinculando el malestar emocional a condiciones estructurales.
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