El cuerpo es sabio y siempre da señales cuando algo no anda bien, Glenn Liley, de 73 años, vivió con episodios de vértigo, zumbidos en los oídos y empeoramiento de la audición, al acudir al médico le dijeron una y otra vez que no había nada de qué preocuparse.
Luego, en el verano de 2021, se desmayó en su casa y recibió un diagnóstico que cambió completamente su vida, un tumor cerebral tan agresivo que sin cirugía podría haberle quedado solo seis meses.
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¿Cuáles fueron las primeras señales de alerta que recibió Glenn Liley?
La señora Glenn Liley, es una maestra jubilada, de Plymouth, Reino Unido y notó por primera vez que algo andaba mal en 2017. Todo el tiempo se sentía mareada y con dolor en el oído y la derivaron a un especialista en oído, nariz y garganta. Se realizó una resonancia magnética, pero, según Glenn, no se detectó ningún problema. Le colocaron aparatos auditivos y le dijeron que simplemente tendría que vivir con el vértigo.
"Nunca soy de las que molestan al médico de cabecera, pero me ignoro y seguí adelante con las cosas y pensé que mis síntomas eran algo con lo que aprendería a vivir".
¿Cómo se enteró qué tenía un tumor en el cerebro?
Cuatro años después, mientras llevaba las compras a su casa, Glenn se desplomó y se golpeó la cabeza contra un escalón de piedra. Su esposo de 53 años, John, la llevó rápidamente a urgencias. Estaba tan desorientada que no podía recordar su propio nombre, dijo.
Los médicos inicialmente sospecharon un derrame cerebral, pero una resonancia magnética urgente reveló la verdad: tenía un meningioma de grado II, un tumor que crece en las meninges, las membranas protectoras que cubren el cerebro y la médula espinal.
Se extendía desde detrás de su ojo izquierdo hasta la parte posterior de su cabeza. Mirando la exploración, Glenn dijo:
"El tumor parecía dos ciruelas. Me sorprendió y horrorizó cuando los médicos me lo dijeron".
¿Qué son los meningiomas, tipo de tumor que padecía Glenn?
Los meningiomas se encuentran entre los tipos más comunes de tumores cerebrales y representan hasta un tercio de los diagnósticos en adultos.
La mayoría de los meningiomas son de crecimiento lento y se clasifican como de grado I, pero los tumores "atípicos" de grado II, como el de Glenn, se comportan de manera más agresiva y es más probable que reaparezcan.
Aunque técnicamente no son malignos, su ubicación dentro del cráneo puede hacerlos potencialmente mortales. Las tasas de supervivencia a cinco años para pacientes con meningiomas de grado II suelen estar entre el 65 y el 75 por ciento, pero los resultados están muy influenciados por la cantidad de tumores que los cirujanos pueden extirpar.
¿Cómo fue el proceso de Glenn para tratar el tumor?
Los médicos explicaron que el tumor de Glenn había sido visible en su resonancia magnética en 2017, pero no lo hizo. Cuando finalmente se detectó, había crecido tan rápido que la quimioterapia y la radioterapia ya no se consideraban viables. "Poco a poco, mi movilidad se deterioró y sentí que me estaba muriendo", dijo.
En septiembre de 2021 se sometió a una operación de emergencia de 11 horas para extirpar el tumor.
La cirugía fue exitosa, pero los médicos advirtieron que había muchas posibilidades de que regresara, tal vez dentro de una década, y que más operaciones podrían dejarla con lesiones devastadoras.
La recuperación fue larga y lenta. Le tomó un año perder el peso ganado con los esteroides. Comenzó a caminar afuera primero con muletas, luego sin ellas, reconstruyendo gradualmente su estado físico.
¿Cómo se encuentra actualmente la salud de Glenn?
Hoy Glenn todavía vive con pérdida de audición, lapsos de memoria y dolores de cabeza. Al final de cada día, siente que su rostro se hunde como si se estuviera cayendo, y constantemente se limpia la nariz y la boca.
Pero ella sigue siendo optimista. "Todas estas son cosas manejables. He tenido una vida maravillosa y me siento muy afortunada. Estoy agradecida de estar viva".
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