¿Te imaginas que tu vida dependiera de un color? Cuando llegamos a un hospital de urgencias, la espera puede parecer eterna. ¿Por qué algunos pacientes entran antes que otros, incluso si llegaron después? La respuesta está en un sistema llamado Triage de Manchester, una herramienta que utilizan los médicos para priorizar tu atención cuando estás en riesgo de muerte.
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¿Te imaginas que tu vida dependiera de un color? Descubre el Triage de Manchester
El Triage de Manchester es un protocolo de clasificación desarrollado en el Reino Unido en 1994. Su objetivo es organizar a los pacientes según la gravedad de su estado de salud y no por orden de llegada. Esto garantiza que quienes requieren atención inmediata la reciban sin demora.
De acuerdo con su sitio oficial: “El Sistema de Triage Manchester (MTS, de sus siglas en ingles Manchester Triage System), es un sistema de clasificación y priorización de pacientes diseñado en los años 90 por profesionales de los Servicios de Urgencias de los hospitales de la ciudad inglesa de Manchester para dar respuesta a una creciente inquietud profesional en aquel ámbito de trabajo”.
¿Cómo funciona? A cada paciente se le asigna un color que indica la urgencia de su caso:
- Rojo: Atención inmediata. Riesgo vital.
- Naranja: Muy urgente. Atención en menos de 10 minutos.
- Amarillo: Urgente. Puede esperar hasta 60 minutos.
- Verde: Menos urgente. Tiempo de espera hasta 120 minutos.
- Azul: No urgente. Puede esperar hasta 240 minutos.
La asignación de colores la realiza un profesional de la salud capacitado en pocos minutos, basándose en síntomas clave y protocolos establecidos. Por ejemplo, dolor en el pecho, dificultad para respirar, alteración de la conciencia o hemorragias graves serían clasificados como rojos o naranjas. Un resfriado común, en cambio, probablemente sería verde o azul.
Aunque para los pacientes puede ser frustrante ver pasar a otros primero, el Triage de Manchester busca algo muy claro: salvar vidas y optimizar los recursos médicos. Además, este sistema ha sido adoptado y adaptado en numerosos países, debido a su eficacia probada en reducir la mortalidad en servicios de urgencias saturados.
Un dato curioso: el nombre “Manchester” no solo honra la ciudad donde se originó, sino que también evoca la idea de orden y organización, algo esencial en contextos donde cada segundo cuenta.
En resumen, si un día te enfrentas a estar en una sala de urgencias y te toca esperar, recuerda que no es cuestión de suerte ni de favoritismos, sino de un método científico llamado Triage de Manchester que prioriza las necesidades más críticas. Y que tu vida, o la de alguien más, podría depender de un color para salvar vidas y optimizar los recursos médicos.