Zoe Shackleford, es una mujer joven de 29 años, de Strasbourg, Virginia que comenzó a fumar cigarros desde los 18 años, pero después de cuatro años, decidió empezar a fumar vape con la creencia de que sería una alternativa más saludable.
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Cuando surgieron los vapes existía la idea de que eran menos tóxicos que los cigarros tradicionales e incluso se promocionaban como una ayuda para dejar de fumar.
Durante casi ocho años, usó dispositivos de vapeo recargables. Pero en busca de más comodidad, hizo el cambio a vaporizadores desechables, una decisión que casi termina con su vida.
Existe una gran diferencia entre los vapes recargables y los desechables
Con los vapes recargables, los e-líquidos tienden a estar más regulados y se venden en tiendas especializadas o en línea, mientras que los equivalentes desechables a menudo contienen productos químicos no listados o desconocidos; Algunos usan nicotina sintética o altas concentraciones de edulcorantes, sabores artificiales o metales pesados.
Mientras tanto, los elementos calefactores en los vapes recargables generalmente están hechos de acero inoxidable o bobinas de cerámica, mientras que las ofertas desechables a menudo usan metales más baratos (níquel, cromo, estaño, plomo), que pueden filtrarse en el vapor que se inhala.
Zoe empezó a notar que su salud se deterioraba rápidamente al empezar a usar vapes desechables
Después de terminar tres vaporizadores desechables (un vaporizador puede equivaler a cientos de bocanadas o incluso varios paquetes de cigarrillos, según el dispositivo), Zoe dijo que vio que su salud se deterioraba rápidamente y comenzó a experimentar lo que inicialmente pensó que era un resfriado leve.
"Pensé que era por nadar. Tenía dolor de garganta. No pensé mucho en eso".
Pero en 48 horas, se encontró luchando por respirar, incluso durante actividades básicas como cambiarse de ropa o usar el baño.
Zoe se quedó completamente sin aliento mientras hablaba y se dio cuenta de que algo andaba muy mal. El 17 de agosto, la llevaron de urgencia al hospital, donde los médicos encontraron que sus vías respiratorias funcionaban al 50 por ciento.
"Cuando ingresé por primera vez en el hospital, sólo tenía abierto el 50 por ciento de mis vías respiratorias. Se estaba cerrando por completo", dijo.
"Los médicos dijeron que, si no hubiera venido esa noche, probablemente no habría llegado al hospital".
En el hospital, Zoe se sometió a pruebas de neumonía, bronquitis y sepsis, pero todos los resultados fueron negativos. Su condición empeoró a pesar de los tratamientos iniciales.
"No sabían cómo tratarme. Todo lo que intentaban no funcionaba, así que siguieron con los tratamientos respiratorios".
La mantuvieron en el hospital durante nueve días, recibiendo oxígeno suplementario para ayudarla a respirar, esteroides para abrir sus vías respiratorias y antibióticos para combatir cualquier posible infección. Al ser dada de alta, fue remitida a un especialista en pulmones para una evaluación adicional.
Zoe fue diagnosticada con neumonitis por hipersensibilidad
Después de una consulta detallada, el especialista le diagnosticó neumonitis por hipersensibilidad (HP), una rara afección pulmonar inflamatoria desencadenada por una respuesta inmune a las sustancias inhaladas.
"Dijo que tengo algo llamado neumonitis por hipersensibilidad. Dijo que no había visto esto en dos años. El vaporizador que estaba usando tenía un químico que reaccionaba negativamente con mis pulmones, básicamente cerrando mis vías respiratorias", señaló Zoe.
¿Qué causa la neumonitis por hipersensibilidad?
La neumonitis por hipersensibilidad es causada por la inhalación de sustancias como moho, excrementos de pájaros o vapores químicos, y provoca una inflamación severa en los pequeños sacos de aire y las vías respiratorias de los pulmones. Sin un tratamiento inmediato, puede provocar cicatrices pulmonares permanentes.
Si bien es raro, afecta solo a una a tres personas por cada 100 mil al año, la neumonitis por hipersensibilidad está bien documentada en personas expuestas a irritantes ambientales.
En el caso de Zoe los médicos rastrearon la causa hasta un químico utilizado en su vaporizador desechable.
¿Cómo se encuentra Zoe en la actualidad?
Ahora en casa y recuperándose, Zoe toma medicamentos para el asma una vez al día y usa un inhalador dos veces al día.
"Me siento mucho mejor, no estoy perdiendo tanto el aliento. Cuando salí del hospital por primera vez, incluso ducharme me agotó. A veces tengo problemas para recuperar el aliento, pero no es tan malo".
Desde entonces, ha dejado de vapear y fumar por completo, una decisión que admite que no ha sido fácil.
- "Es un poco desafiante porque lo extraño, pero creo que extraño más el movimiento. Siento que ahora como más bocadillos".
Dejar su hábito de vapear también le ha ahorrado dinero a Zoe, ya que usaría un vapeador desechable de 500 pesos cada 10 días.
‘Vapear’ es igual o más malo que fumar
Un estudio de la Universidad de California de 2024 analizó siete vapes desechables con sabores populares, incluidos ELF Bar, Flum Pebble y Esco, y descubrió que liberaban más metales pesados tóxicos que los cigarros.
Uno de los vapes probados liberó más plomo en un solo día que 20 paquetes de cigarrillos. Estos metales, incluidos el plomo, el níquel y el cromo, provienen de las bobinas de calentamiento dentro de los dispositivos, que se filtran en el líquido y se inhalan.
Se han relacionado con graves riesgos para la salud, como cáncer, asma y cicatrices pulmonares.
A pesar de las preocupaciones sobre las consecuencias para la salud, el vapeo continúa creciendo en popularidad, especialmente entre los jóvenes.
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