La hipertensión arterial se ha convertido en un problema de salud global que afecta a aproximadamente el 30% de la población adulta mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud, por lo que a continuación, te mostramos los malos hábitos que provocan esta enfermedad.
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Lo más alarmante es que muchos casos de hipertensión podrían prevenirse modificando ciertos comportamientos y rutinas dañinas que practicamos a diario sin ser conscientes de sus consecuencias.
Los malos hábitos que pueden provocar hipertensión
Conocida como "el asesino silencioso", esta condición puede derivar en graves complicaciones cardiovasculares cuando no se controla adecuadamente. A continuación, revelamos los principales malos hábitos que elevan tu presión arterial y ponen en riesgo tu salud cardiovascular:
- Consumo excesivo de sodio
El abuso de sal en las comidas es uno de los factores más determinantes en el desarrollo de hipertensión arterial, según múltiples estudios científicos. La ingesta recomendada es de menos de 5 gramos diarios (equivalente a una cucharadita), pero muchas personas duplican o triplican esta cantidad sin darse cuenta. Los alimentos procesados, enlatados y embutidos contienen altas concentraciones de sodio oculto que sobrecargan nuestro sistema cardiovascular.
- Sedentarismo
La inactividad física debilita progresivamente nuestro sistema cardiovascular, haciendo que el corazón trabaje con mayor dificultad para bombear sangre. Investigaciones demuestran que las personas sedentarias tienen un 30-50% más de probabilidades de desarrollar hipertensión que quienes realizan actividad física regular.
- Vivir estresado
Vivir en constante tensión emocional activa continuamente nuestro sistema nervioso simpático, elevando los niveles de hormonas como el cortisol y la adrenalina que aumentan la presión arterial. Las personas con trabajos de alta exigencia o problemas emocionales no resueltos suelen presentar valores tensionales más altos que la media.
- Tomar y fumar
El consumo regular de alcohol (más de dos tragos al día para hombres o uno para mujeres) puede elevar la presión arterial de forma significativa, según estudios de la Clínica Mayo. El tabaquismo, por su parte, daña las paredes arteriales y reduce la oxigenación sanguínea, obligando al corazón a trabajar más intensamente. Lo más preocupante es que estos efectos son acumulativos: mientras más años se mantengan estos hábitos, mayor será el daño al sistema cardiovascular.
- Dormir de forma deficiente
Dormir menos de 6 horas de manera crónica se asocia con un mayor riesgo de desarrollar hipertensión, según investigaciones publicadas en el Journal of Clinical Sleep Medicine. Durante el sueño profundo, nuestro cuerpo regula hormonas importantes para el control de la presión arterial y permite la relajación del sistema cardiovascular. La apnea del sueño, un trastorno común en personas con sobrepeso es particularmente peligrosa ya que causa picos repetidos de presión durante la noche.
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