Hoy en día muchas personas viven con cansancio y es que el ritmo de vida ajetreado es lo que provoca, pero ¿sabías que hay alimentos que te pueden provocar que te sientas sin energía? A continuación, te decimos la comida que provoca esta situación.
¿Alguna vez has terminado de comer y, en lugar de sentirte con energía, experimentas una fatiga abrumadora? Lo que consumes puede ser la causa.
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Estos son los alimentos que provocan cansancio
Aunque la comida debería proporcionarnos vitalidad, ciertos alimentos tienen el efecto contrario, provocando somnolencia, lentitud mental y agotamiento físico. Esto se debe a procesos digestivos complejos, respuestas hormonales o efectos sobre el azúcar en sangre. A continuación, te presentamos algunas comidas comunes que podrían estar robándote tu energía:
- Comidas altas en carbohidratos refinados
Los carbohidratos refinados, como los presentes en el pan blanco o la pasta no integral, provocan picos rápidos de glucosa en sangre, seguidos de caídas bruscas. Esta montaña rusa de azúcar lleva a una sensación de fatiga y letargo, ya que el cuerpo libera insulina en exceso para compensar. Además, al ser bajos en fibra, se digieren rápidamente, lo que genera hambre y cansancio poco después de comer.
- Comidas pesadas y altas en grasas saturadas
Una porción grande de comida frita o con exceso de grasas saturadas (como las de la carne procesada o los lácteos enteros) requiere un esfuerzo digestivo enorme. El cuerpo desvía gran parte de su energía hacia el estómago, reduciendo el flujo sanguíneo al cerebro y los músculos, lo que provoca esa clásica modorra post-comida. Además, las grasas no saludables promueven la inflamación, que está vinculada a la fatiga crónica.
- Comidas altas en azúcares añadidos
El azúcar refinado es uno de los mayores sabotadores de la energía. Aunque al inicio puede dar un "subidón", su efecto es temporal y termina en un colapso energético. Esto ocurre porque el azúcar altera los niveles de orexina, una hormona que regula el estado de alerta. Los dulces y bebidas azucaradas también afectan el microbiota intestinal, vinculada a la producción de serotonina (que en exceso induce sueño).
- Alcohol
Aunque una copa de vino con la comida pueda parecer inofensiva, el alcohol es un depresor del sistema nervioso central. Inhibe la producción de glutamina (un estimulante natural), lo que explica por qué muchas personas sienten sueño después de beber. Además, deshidrata el cuerpo y dificulta la absorción de nutrientes clave para la energía, como el hierro y la vitamina B12.
- Comidas muy procesadas
Los ultraprocesados están cargados de aditivos, sodio y grasas trans, que ralentizan el metabolismo y generan inflamación. Muchos contienen glutamato monosódico, asociado con fatiga y dolores de cabeza en personas sensibles. Su bajo contenido nutricional obliga al cuerpo a trabajar más para obtener energía, dejándolo exhausto.
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