Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del suicidio, esto con la finalidad de concienciar sobre la importancia de prevenir el suicidio, un problema de salud que afecta a muchas personas en todo el mundo.
En SuMédico entrevistamos al Dr. Edilberto Peña, Neuropsiquiatra, encargado de la Sección de Medios de Comunicación de la Asociación Psiquiátrica Mexicana AC, presidente de la Sociedad Mexicana de Neuromodulación SC y director del Centro de Investigación del Sistema Nervioso CISNE México, quien nos dijo que el suicidio sigue siendo un tema necesario de tener siempre en el radar porque se considera el único problema de salud mental que no tiene más que prevención.
Te podría interesar
- El suicidio en hombres
¿Por qué los hombres tienen mayor riesgo de suicidio que las mujeres? Esto dice la psicología
- Salud mental
Más de la mitad de las juventudes LGBTQ+ consideró el suicidio en 2023
- Día Mundial de la Prevención del Suicidio
Hay que cambiar la narrativa este Día Mundial de la Prevención del Suicidio
“Cuando se consume un suicidio, ahí termina todo, por lo que la prevención debe dirigirse hacia los intentos de suicidio. Es crucial aclarar que no todos los suicidios tienen que ver con depresión. Una idea muy divulgada en la población es que siempre que alguien presenta un intento de suicidio se trata de una depresión, y esto no es así. Este mito solo aplica al 70-80% de los casos”, explica el especialista.
El Dr. Peña indica que el resto de los suicidios tiene que ver con problemas de ansiedad, impulsividad, consumo de sustancias u otros desórdenes como la esquizofrenia o el trastorno bipolar. “Por lo tanto, es un problema que requiere mucha psicoeducación para poder abordarlo de manera adecuada”.
Suicidios: una problemática a nivel mundial
Los suicidios es una problemática que cobra una vida cada 43 segundos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, más de 800 mil personas mueren anualmente por esta causa, convirtiéndose en la segunda principal entre jóvenes de 15 a 29 años.
En México, el suicidio dejó 9 mil muertes en 2024. Aunque la tasa nacional se estabilizó ligeramente (de 7.0 a 6.9 por cada 100 mil habitantes), la tendencia sigue siendo preocupante. El 81% de los fallecidos fueron hombres, con mayor impacto en jóvenes de 15 a 34 años. Aguascalientes, Campeche, Chihuahua y Yucatán presentan las tasas más elevadas, mientras que Guerrero, Ciudad de México y Veracruz registran las más bajas.
¿Cuáles son las señales de alerta a las que debemos prestar atención?
El Dr. Peña explica que las señales más sutiles tienen que ver con cambios bruscos en las conductas, los rasgos de personalidad y la forma de carácter de una persona. Esto incluye modificaciones en el consumo de sustancias, desde lo más usual como nicotina, estimulantes, alcohol y cafeína, hasta otras drogas. También se manifiestan alteraciones drásticas en el patrón de sueño, en los patrones alimenticios y en el cuidado personal.
Otra señal clave es cuando la persona dirige la conversación hacia "cuando yo ya no esté aquí", o comienza a arreglar situaciones legales acerca de su vida, su futuro y su legado. Sobre todo, es vital darle peso a la intuición; nosotros conocemos a nuestro amigo o familiar y sabemos cuándo no está bien, un criterio al que hay que darle valor.
Mitos y estigmas que dificultan la prevención
Existen mitos muy pesados que dificultan la prevención. El primero es no hacer caso a alguien que da un aviso de suicidio, algo que siempre se debe tomar en serio. El segundo, y muy dañino, es creer que hablar del tema le siembra el pensamiento a una persona que no se siente bien. Justo lo contrario es la realidad: se debe sentar a hablar con la persona de manera empática y abierta, evitando el silencio y el estigma para establecer un canal de ayuda. Combatir estos mitos es fundamental para abrir la conversación y poder ofrecer apoyo a quienes más lo necesitan.
Los suicidios son un problema de salud pública que hay que atender
La conducta suicida es una de las complicaciones más serias que se puede tener en el caso de la depresión.
“Así como se está educado en que no cuidar el colesterol favorece los infartos, si no se atiende una depresión, se aumenta la probabilidad de pensar en ideas de muerte o suicidas. Del porcentaje total de pacientes portadores de depresión, se sabe que el 15% de ellos va a presentar en algún momento un intento de suicidio. Esta cifra es muy relevante, especialmente al entender que el 9.1% de la población tendrá una depresión alguna vez en la vida. Al sacar estos números absolutos, se refuerza la idea de que es un problema de salud pública que hay que atender”, señala el especialista
La pandemia por covid-19 modificó la salud mental de las personas
“El cambio en la salud mental tras la pandemia fue dramático. Los números de incremento de desórdenes mentales fueron exponenciales; la depresión, que se hablaba de un 9 o 10%, subió a índices de 25 a 35%. Los trastornos de ansiedad, que andaban alrededor del 14.5%, subieron casi al 50% de la población. Los problemas adictivos se incrementaron hasta en un 70% de lo registrado previamente”, señala el Dr. Peña.
Aunque estas cifras han ido bajando progresivamente, los expertos señalan que se tardará cerca de 10 años en regresar a los números prepandemia. Sin embargo, por la parte positiva, ahora difícilmente alguien no ha tenido contacto con un problema de salud mental, lo que ha crecido la concientización y ha bajado el silencio y el estigma.
¿Quiénes son las personas más propensas a realizar un suicidio en México?
- Adolescentes y jóvenes (10–29 años), con un incremento sostenido en la última década
- Hombres adultos jóvenes (20–39 años), quienes representan el 80% de los suicidios consumados
- Niños y preadolescentes (10–14 años), con crecientes reportes de intentos
- Mujeres adolescentes y jóvenes, con mayor número de intentos no letales
- Población LGBTIQ+ y comunidades rurales o indígenas, que enfrentan discriminación y falta de acceso a servicios de salud mental.
El arma de doble filo de las redes sociales
Lo correcto y deseable de las redes sociales es seguir trabajando la psicoeducación: hablar de señales de alerta, de que existen las enfermedades mentales y de cómo se detectan. Personalidades que hablan en primera persona o de familiares con problemas de salud mental, explicando cómo se vive y cómo son los tratamientos, representan una gran ayuda. En el lado negativo, mucho del contenido en redes es fantasioso y aspiracional, generando el "fear of missing out" (FOMO). Esto genera niveles de frustración que se han relacionado con el incremento de ansiedad y depresión en jóvenes universitarios, donde las cifras ya hablan de un 25% en lugar del 10 o 15% tradicional.
El papel de familias, escuelas y empresas en la prevención del suicidio
“Es crucial abrir de manera clara y concisa la comunicación sobre los problemas de salud mental dentro del ámbito laboral. Las cifras indican que una de cada cinco personas en un ámbito laboral presentará un problema de salud mental. Cuando una empresa invierte $1 en salud mental, gana $4 en beneficios”, señala el Dr. Peña.
También indica que transmitir esta cultura, junto con avances como la NOM-035 y las incapacidades por trastornos depresivos y ansiosos tipificados en la Ley Federal del Trabajo, coloca las bases para abrir estos temas en comunidades básicas. La escuela y el trabajo representan mucho tiempo de convivencia y son sitios fundamentales para detectar problemas a tiempo.
La importancia del 10 de septiembre
El Día Mundial de la Prevención del Suicidio es importante para controlar la conversación en un día y favorecer que se hable del tema en medios digitales y tradicionales.
“En el país, el año pasado se suicidaron 9000 personas, un incremento pequeño pero que hay que vigilar. México tiene una tasa de 6.9 por cada 100,000 habitantes, un número bajo comparado con países como Estados Unidos (11.2) o Japón (23), pero que ha ido en aumento”, explica el Dr. Peña.
Considerando que el suicidio es la segunda causa de muerte entre personas de 15 a 35 años, la fecha se convierte en un recordatorio crucial. La petición es que a las 8 de la noche de este día se prenda una vela como reflejo del trabajo de concientización.
“Para quienes están teniendo ideas suicidas, hay que decirles que eso no es normal, no es parte de la vida y es un síntoma al que hay que ponerle atención. Si además se presentan otros síntomas como tristeza persistente o alteraciones en el sueño, hay que abrirse y apoyarse en las redes de apoyo”, explica el especialista.
El lema de "cambiando la conversación" es clave: hay que cambiar el estigma y el silencio por empatía, apertura y acompañamiento. Si alguien comunica estas ideas, nuestra obligación no es atenderlo nosotros, sino acompañarlo, contenerlo y dirigirlo a los sitios adecuados de atención. Para quienes han sufrido la pérdida de un ser querido, es un duelo que hay que llevar; si la tristeza afecta la funcionalidad por uno a tres meses, es crucial evaluarse y buscar atención, pues es uno de los estresores más importantes que se pueden sufrir.
Para enterarte de toda la información que necesitas sobre salud y bienestar síguenos en Facebook y TikTok.