El abuso infantil es una de las formas más graves de violencia contra los niños. Sus efectos no solo se limitan al momento de la agresión, sino que generan secuelas a largo plazo que afectan el desarrollo físico, emocional y social de las víctimas, especialmente por su grado de vulnerabilidad.
La actriz Regina Blandón ha confesado que fue víctima de este delito en el podcast de Yordi Rosado. Ella contó que fue víctima de abuso infantil cuando tenía alrededor de 6 años. Le contó lo sucedido a su primo, quien a su vez se lo dijo a sus padres.
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La actriz que dio vida a Bibi P. Luche relató que en ese momento se trató el tema en terapia, pero no se volvió a hablar de ello por muchos años. El abusador era un hombre que trabajaba para la familia y se metía a su habitación por las noches.
Blandón ha dicho que ha recibido mensajes de otras mujeres que también han pasado por situaciones similares, y que se da cuenta de que es un problema muy extendido.
¿Cómo detectar el abuso infantil?
De acuerdo a especialistas de salud mental, los niños que sufren esta clase de abuso tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos mentales, problemas de comportamiento y dificultades en sus relaciones sociales a lo largo de la vida. El abuso deteriora la percepción que el menor tiene de sí mismo, generando sentimientos de culpa o vergüenza.
Además, los menores pueden ser víctimas de:
- Ansiedad y depresión, pues muchos niños abusados presentan síntomas depresivos desde la infancia, que pueden continuar en la adultez.
- Trastorno de estrés postraumático, ya que revivir el trauma, tener pesadillas o miedo extremo son señales comunes.
El abuso está asociado a mayor riesgo de autolesiones y conductas suicidas en adolescentes como cutting o adicciones a sustancias psicoactivas.
Normalmente, identificar este tipo de abusos es complicado, pero los menores suelen presentar conductas que son signos de alarma para cualquier padre de familia:
- Dolores crónicos de cabeza o estómago, sin causa médica aparente.
- Trastornos del sueño como insomnio o pesadillas constantes.
- Lesiones físicas.
- Estrés prolongado.
- Bajas calificaciones en la escuela.
- Tendencia al aislamiento social.
De acuerdo a Unicef, "El abuso sexual infantil está mediado por una relación desigual de poder, que implica a un niño, niña o adolescente como víctima y a una persona adulta o coetánea como agresora. Se trata de un problema social, de salud y de violación de los derechos de la niñez. Afecta, especialmente, el derecho a decidir sobre su cuerpo y sexualidad; el derecho a que sea respetada la privacidad e intimidad y el derecho a vivir libre de violencias".
Los niños rara vez expresan directamente lo ocurrido, pero sí lo muestran en su comportamiento. Hablar abiertamente con los hijos sobre el cuidado del cuerpo y la importancia de decir NO cuando alguien los hace sentir incómodos.
Asimismo, cualquier dolor, sangrado o molestia en la zona genital debe ser evaluado de inmediato por un médico. Psicólogos y pediatras especializados en trauma infantil son fundamentales para detectar y confirmar casos.
La detección temprana y el acompañamiento integral pueden reducir significativamente el impacto del abuso en la vida del niño.
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