La música es una de las siete bellas artes, desarrollada como una expresión humana, antigua y universal. En concreto, es el arte de organizar sonidos y silencios a través del tiempo, con ritmo y métrica. Esta organización implica elementos fundamentales como la melodía, la armonía, el ritmo y el timbre. Dichos elementos constituyentes se combinan para crear una experiencia auditiva estructurada.
No importa el artista, el compositor o la banda, la música es un lenguaje que interpela a todos los seres humanos.
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¿Alguna vez has escuchado una canción y has recordado a una persona, un momento o un instante de tu vida? Eso es porque la música y la memoria van fuertemente ligadas por tu función cognitiva. A través de la música, podemos procesar información, encontrar una conexión emocional y potenciar el recuerdo del pasado inexistente.
El recuerdo y la melodía
De acuerdo al Grupo Yamaha, expertos en fabricación de instrumentos y equipos de audio, "la educación musical no sólo beneficia la función de la memoria, sino que aumenta la capacidad de atención, mejora el dominio del lenguaje y potencia las habilidades matemáticas y de lectura. La educación musical enseña disciplina y gestión del tiempo. Y tocar un instrumento requiere ambos lados del cerebro, por lo que los alumnos dominan el razonamiento, la resolución de problemas y la capacidad de recordar".
La relación entre la música y la memoria se da en varios niveles:
1. Activación cerebral
Cuando escuchamos música, se activan múltiples áreas del cerebro, incluyendo el hipocampo (crucial para la formación y recuperación de recuerdos) y la corteza prefrontal (relacionada con la concentración y la memoria mecánica).
Esta activación general del cerebro puede mejorar la capacidad para memorizar y recordar información en contextos adversos.
2. Vínculo emocional
La música tiene un poder único para evocar emociones fuertes en un individuo, capaces de despertar recuerdos enterrados. Cuando una canción está asociada con una experiencia o un sentimiento particular, esa memoria se vuelve más vívida.
Por ejemplo, una canción que escuchabas durante tu adolescencia puede transportarte instantáneamente a ese instante de tu vida, trayendo consigo emociones, olores, lugares y personas.
3. Memoria autobiográfica
Las canciones son poderosos disparadores de la memoria autobiográfica, una especie de flashback personal. Es decir, pueden desbloquear recuerdos y acontecimientos específicos de la vida de una persona ,con tan sólo un par de notas tocadas. Esta conexión es particularmente fuerte en la juventud, cuando se forman muchos recuerdos duraderos para todo el transcurso de la vida.
Otro aspecto importante es que escuchar música estimula la creación de nuevas conexiones neuronales, lo que mejora la capacidad de aprendizaje y memorización.
Según Jordi A. Jauset, investigador de la Universidad Ramón Llull, en Barcelona, "la capacidad plástica o neuroplasticidad del sistema nervioso es la base del aprendizaje y de la adaptación en función de la experiencia y de los estímulos del entorno. La música y el movimiento favorecen el incremento de conexiones neuronales entre diferentes áreas cerebrales, lo que afecta tanto a funciones fisiológicas como cognitivas. Si ambas actividades se realizan simultáneamente, se potencian aún más los beneficios cognitivos".
Por ello, algunos coaches de vida recomiendan crear listas de reproducción temáticas para estudiar o trabajar, escuchar música que evoque emociones y tomar pausas activas con canciones que te motiven.
¿Escuchas música mientras realizas tus actividades de la vida diaria?
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