“Analizando mis síntomas me di cuenta que yo también tenía SOP. Pero nunca me lo dijeron, a mí lo que me hicieron fue darme pastillas anticonceptivas … me fui identificando con varias cosas y pude dejar los anticonceptivos, no estoy en contra de su uso, pero en mi caso era algo que no me estaba funcionando. Para mí también fue un proceso personal”, nos dijo Marisol Feito, nutrióloga. Ella reconoce que el SOP es una condición muy compleja, y que se presenta de forma súper diferente en cada mujer, fue entonces cuando comenzó a especializarse.
El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es una enfermedad crónica y compleja que afecta entre 21 y 22% de las mujeres mexicanas; no obstante, es controlable con medicamentos y hábitos saludables, según el Instituto Nacional de Perinatología (INPer).
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Salud integral versus bajar de peso
En entrevista con SuMédico, Marisol Feito, nutrióloga con enfoque SOP, y egresada de la licenciatura de Nutrición y Ciencia de los Alimentos en la Universidad Iberoamericana nos platicó sobre su vocación: “Ayudar a las personas a lograr sus objetivos de salud me pareció algo muy significativo”.
Marisol, quien también cuenta con un Diplomado como Educadora en Diabetes por la Asociación Mexicana de Diabetes (AMD), un Máster de Psiconecta por la Clínica Regenera, y diversos diplomados orientados a la salud de la mujer, lleva más de ocho años trabajando exclusivamente con mujeres con desequilibrios hormonales; SOP, endometriosis, hipotiroidismo, y resistencia a la insulina, son principalmente algunos de ellos.
Esto se debe a que llegó un momento en el que sintió la necesidad de enfocarse en un solo tema que le apasionara para poder ayudar a las mujeres con problemas muy específicos, y en el que sus pacientes pudieran ver un cambio evidente y sostenible. Posterior a ello, circunstancias como su embarazo y la pandemia por Covid-19, moldearon la forma en cómo continuó desarrollando su profesión.
“Yo tenía mi consultorio, pero cuando empecé a tener la consulta online me fue más fácil estar disponible y llegar a mujeres con estos problemas específicos, que es a quienes yo sabía que podía ayudar más. Empezando a trabajar de forma remota, fue cuando comencé a ir dejando a la báscula de lado, ya no podía pesar a mis pacientes, pero eso siento que fue algo muy bueno, porque a la vez me empecé a acercar a este enfoque de nutrición, no centrada en el peso”, explica.
Marisol narró que la mayoría de nutriólogos de su generación fueron enseñados a que su objetivo era bajar a las personas de peso por medio de dietas restrictivas bajas en calorías. Mientras que, trabajar desde un enfoque no centrado en el peso, le enseñó más a ella y a las pacientes a conectar con su cuerpo, y a escuchar sus señales. “Abordamos los problemas hormonales de una forma mucho más integral y por supuesto sin restricciones”.
Para ella, en vez de menús específicos que cuentan las calorías, no hay un cálculo más eficiente de cuánta energía o de cuántas calorías y nutrientes necesita tu cuerpo, que la conexión que hay entre tu cerebro y tu aparato digestivo: “Es imposible tener ese cálculo tan perfecto de qué hace nuestro cuerpo. Entonces la mejor forma de saber cuánto necesita es precisamente conectando con nuestras señales”.
Para ella es fundamental trabajar desde este movimiento de salud con todas las tallas, puesto que la pérdida de peso es algo que puede llegar o no llegar, y sin embargo, eso no va determinar la salud de un individuo.
Dice que se trata de “enfocarnos en conductas específicas que nosotros sí controlamos como aumentar la fibra o la proteína, por ejemplo. Este fue el último giro importante que vi en mi carrera como nutrióloga y que hace que actualmente haga mi práctica de una manera más cómoda y confiada. Porque sí, siempre me hizo un poco de ruido esta parte de las dietas, de las restricciones. Entonces trabajar desde aquí creo que es algo mucho más satisfactorio, y que a mis pacientes en general les ha funcionado muy bien, sobre todo para hacerlo algo sostenible”.
Sanar la relación con el cuerpo, una conducta incipiente
Su trabajo también se centra en priorizar mejorar la relación con la comida. Como quitar la culpa y la vergüenza de ciertos alimentos, dejar de catalogar a los alimentos como buenos o malos, y que cada quien pueda ir descubriendo cuáles son los alimentos que le sientan bien, cuáles son los alimentos que no; y cómo ir armando una rutina de alimentación que sea coherente y sostenible para cada persona. Algo que es muy diferente en cada caso.
“Todo ello desde sanar la relación con el cuerpo o por lo menos no dañarla, lo que significa la aceptación corporal”, lo que explica ha sido un plus en sus consultas, y algo que las ha enriquecido, porque al final también es una manera de mejorar nuestra salud mental y emocional, y esto va a tener un impacto importante en nuestra salud integral.
Ese es el cambio más trascendental que ella percibe en la profesión de las/os nutriólogos: “Creo que cada vez más nutriólogas y nutriólogos estamos adoptando este nuevo estilo de trabajar que es más compasivo, más sostenible, no en el que el peso es el centro del tratamiento. Hay otras cosas que son mucho más importantes, como sanar la relación con los alimentos, con el cuerpo, e incluso prevenir trastornos de la conducta”.
Sin embargo, Marisol también identifica retos como que “con las redes sociales hay mucho ruido”, y es necesario saber identificar qué nos hace bien, y tanto pacientes como nutriólogos llegar con y a las personas correctas.
Herramientas para vivir con SOP
“Decidí especializarme en la parte del SOP porque justamente empecé a ver a muchas pacientes que tenían esta condición junto con la resistencia a la insulina, era algo totalmente desconocido para mí, o sea eso ya fue hace muchísimos años, pero fue algo que yo no recuerdo haber visto en la carrera. Ahora siento que hay mucha información, pero hace 10 años, no era así”, nos platicó.
Hoy en día, en retrospectiva y revisando análisis clínicos de ella misma, cae en la cuenta de que, “analizando mis síntomas me di cuenta que yo también tenía SOP. Pero nunca me lo dijeron, a mí lo que me hicieron fue darme pastillas anticonceptivas … me fui identificando con varias cosas y pude dejar los anticonceptivos, no estoy en contra del uso de anticonceptivos, pero en mi caso siento que era algo que no me estaba funcionando. Para mí también fue un proceso personal”.
Marisol reconoce que el SOP es una condición muy compleja, y que se presenta de forma súper diferente en cada mujer, fue entonces cuando comenzó a especializarse. Sin embargo, celebra que hoy en día ya contamos con suplementos como el Inositol, que antes, dice, era muy difícil de encontrar. Ya que los suplementos ayudan a mejorar esta condición.
No obstante señala: “Sí está muy bien que haya mucha divulgación al respecto, pero también creo que hay muchas recomendaciones que no están basadas en evidencia que se van sobre todo hacia el lado muy restrictivo y promoviendo conductas riesgosas. Se escucha mucho de pronto que las mujeres con SOP no pueden comer gluten, o que no pueden comer lácteos. Hay que ir más allá. Individualizar, porque es algo que se generaliza, y eso es un reto”.
Mientras que respecto a los anticonceptivos, explica: “Utilizar hormonas es algo totalmente válido, siempre y cuando tengas toda la información y tú puedas tomar la decisión, justo desde la información y sabiendo que hay otras opciones. Esto ya es un tema de cada ginecólogo y la relación que tenga con su paciente, pero saber que los anticonceptivos no necesariamente sanan el SOP”.
Reconoce que hay una polarización sobre el uso de medicamentos, sin embargo, señala que aunque pueden ser una herramienta, hay que individualizar el tratamiento, y observar otros factores, como la resistencia a la insulina o cubrir requerimientos nutricionales. Y que si hay anticonceptivos o no de por medio, sea la paciente quien tome una decisión informada, y explore opciones: “Que pueden ir desde la suplementación, el estilo de vida, o la alimentación. Ver cada caso de forma individual, no generalizar ni satanizar tratamientos”.
Los síntomas son mensajes que manda nuestro cuerpo
Finalmente, Marisol Feito, nutrióloga con enfoque en SOP, nos invitó a reflexionar que no se trata de tener el objetivo de que el SOP va a desaparecer para siempre, porque esto no es posible, sino de ir conociendo las herramientas que a cada mujer le ayuden a mantenerlo lo más bajo control y también ver a los síntomas como mensajes que manda nuestro cuerpo.
Compartió un mensaje para quienes viven con SOP: “Claro que hay estrategias que pueden ayudar a vivir mucho mejor, a que los síntomas estén en remisión, eso no significa que ya no tenga SOP pero sí que lograste cierto equilibrio dentro de tus hormonas. Y saber que si los síntomas en algún momento de tu vida regresan, pues que es parte de este síndrome, y que no es que estés haciendo algo mal, sino que tu cuerpo tiene esta tendencia”.
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