Las verrugas que aparecen en el cuello, axilas u otras zonas de pliegues cutáneos son una consulta frecuente en dermatología, a continuación, te diremos por qué aparecen y qué hacer.
Aunque generalmente inofensivas, su presencia genera dudas y, en muchos casos, incomodidad estética. Contrario a lo que se cree, no están relacionadas con falta de higiene, sino con factores como infecciones virales, predisposición genética y hábitos cotidianos.
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¿Por qué aparecen verrugas en el cuello?
Más del 90% de las verrugas en el cuello son causadas por cepas no cancerígenas del VPH, específicamente los tipos 6 y 11. Este virus ingresa a la piel a través de microheridas (rasguños al afeitarse o rozaduras con joyería) y acelera el crecimiento de células epidérmicas, formando esas protuberancias blandas y del color de la piel. A diferencia de las verrugas plantares o genitales, las del cuello rara vez son contagiosas por contacto casual. Sin embargo, pueden multiplicarse en la misma persona si el sistema inmunológico está debilitado por estrés, enfermedades crónicas o deficiencias nutricionales, según estudios publicados en Clinical and Experimental Dermatology.
Resistencia a la insulina y diabetes
Las personas con prediabetes o diabetes tipo 2 tienen hasta un 40% más probabilidades de desarrollar estas verrugas o fibromas blandos. Esto se debe a que los altos niveles de insulina en sangre estimulan el crecimiento anormal de tejidos cutáneos.
Estas verrugas suelen ser más numerosas, pequeñas y ubicarse en pliegues. Controlar los niveles de azúcar con dieta y ejercicio puede prevenir su aparición.
- Fricción constante y ropa ajustada
El roce repetitivo de collares, corbatas o telas sintéticas contra la piel del cuello crea microtraumas que favorecen la formación de verrugas. Un estudio en Dermatology Practical & Conceptual asoció el uso diario de joyería pesada con un aumento del 30% en estos casos. Además, la humedad acumulada en la zona genera un ambiente ideal para la proliferación del VPH.
- Cambios hormonales
Las fluctuaciones hormonales durante el embarazo, la menopausia o tratamientos con esteroides pueden desencadenar la aparición súbita de verrugas. Esto ocurre porque las hormonas como el estrógeno y la progesterona estimulan la producción de queratinocitos (células de la piel).
¿Cuándo preocuparse? Señales de alerta
Aunque la mayoría son benignas, algunas verrugas merecen atención médica inmediata. Debes acudir al dermatólogo si observas: crecimiento acelerado en semanas, cambio de color (negro o rojo intenso), sangrado espontáneo o dolor al tacto. Estos podrían ser signos de neoplasias como el carcinoma de células basales. También es clave diferenciarlas de lunares atípicos (que requieren seguimiento por riesgo de melanoma) o moluscos contagiosos (infección viral distinta al VPH). La regla ABCDE (Asimetría, Bordes irregulares, Color no uniforme, Diámetro mayor a 6mm y Evolución) aplica para evaluar cualquier lesión sospechosa.
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