El pie diabético es una de las complicaciones más graves y frecuentes de la diabetes, con consecuencias que pueden ir desde úlceras crónicas hasta amputaciones. En México, se estima que entre el 8% y el 15% de las personas con diabetes padecen pie diabético. Además, un estudio indica que el 10% de los pacientes con diabetes sufren complicaciones de pie diabético.
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En SuMédico entrevistamos en exclusiva al Dr. Jorge Yamamoto Cuevas, presidente médico de la Federación Mexicana de Diabetes, explica en detalle cómo prevenir, detectar y tratar este problema, que no solo impacta la salud física, sino también la emocional y económica de quienes lo padecen.
¿Qué es el pie diabético y por qué ocurre?
El pie diabético es el resultado de dos complicaciones principales de la diabetes: la neuropatía (daño en los nervios) y la enfermedad vascular periférica (mala circulación en las extremidades). Según el Dr. Yamamoto, estos problemas no aparecen de la noche a la mañana.
"Muchos pacientes ya tienen daños en los nervios y vasos sanguíneos años antes de ser diagnosticados con diabetes. Cuando la enfermedad avanza, la falta de sensibilidad y la mala circulación hacen que pequeñas heridas se infecten fácilmente y no cicatricen, lo que puede llevar a úlceras graves e incluso amputaciones".
Los primeros signos incluyen hormigueo, ardor, piel seca y manchas oscuras en los pies. Sin embargo, muchos pacientes ignoran estas señales hasta que el problema se agrava.
La situación en México: un problema creciente
En México, se estima que dos de cada diez personas con diabetes ya presentan complicaciones relacionadas con el pie diabético. Sin embargo, lo más preocupante es que la mayoría de los casos podrían prevenirse con un control adecuado de la glucosa y revisiones periódicas.
"El gran problema es que ni los pacientes ni muchos médicos revisan los pies con la frecuencia necesaria. Las personas ven manchas, callos o pequeñas heridas y no les dan importancia, hasta que llegan al consultorio con infecciones avanzadas", advierte Yamamoto.
Además, factores como el uso de calzado inadecuado, la falta de higiene y la automedicación empeoran el pronóstico.
Prevención: cómo cuidar los pies si tienes diabetes
El Dr. Yamamoto enfatiza que la mejor estrategia es la prevención. Estas son sus recomendaciones clave:
- Revisión diaria de los pies
- Examinar toda la superficie, incluyendo plantas, talones y entre los dedos.
- Usar un espejo si es necesario para ver zonas difíciles.
- Prestar atención a cambios de color, temperatura o sensibilidad.
- Higiene y cuidado de las uñas
- Lavar los pies con agua tibia (no caliente) y secarlos bien, especialmente entre los dedos.
- Cortar las uñas en forma recta, sin redondear las esquinas, para evitar que se encarnen.
- No usar tijeras afiladas ni cortacallos sin supervisión médica.
- Calzado adecuado
- Usar zapatos cómodos, con buen soporte y sin costuras internas que puedan lastimar
- Evitar sandalias o calzado abierto que exponga los pies a golpes
- Cambiar los zapatos cada 6-12 meses para evitar desgastes que generen roces.
- Control estricto de la glucosa
- Mantener niveles de azúcar en sangre dentro de los rangos recomendados.
- Realizarse pruebas de hemoglobina glucosilada (HbA1c) cada 3-6 meses.
- Visitas regulares al médico
- Acudir a revisiones podológicas al menos cada seis meses, incluso si no hay síntomas.
- Señales de alerta: cuándo buscar ayuda médica urgente
¿Cuáles son los síntomas del pie diabetico?
Algunos síntomas indican que el problema ya está avanzado y requiere atención inmediata:
- Heridas que no cicatrizan en más de dos semanas
- Dolor persistente o sensación de ardor constante
- Cambios de coloración (piel roja, morada o negra)
- Hinchazón, calor o mal olor en los pies.
- Uñas encarnadas infectadas con pus.
"Muchos pacientes llegan con heridas pequeñas que, al examinarlas, descubrimos que son mucho más profundas de lo que parecen. Por eso, ante cualquier anomalía, lo mejor es acudir al médico de inmediato".
El impacto emocional del pie diabético
Más allá del dolor físico, esta condición afecta profundamente la calidad de vida. Muchos pacientes desarrollan depresión, ansiedad y aislamiento social debido al dolor crónico y las limitaciones de movilidad.
"Tengo pacientes que dejaron de trabajar porque el dolor no les permite estar de pie. Otros sienten vergüenza de sus heridas y evitan salir de casa. Por eso, el apoyo psicológico es fundamental en el tratamiento", comparte el Dr. Yamamoto.
Mensaje final: la prevención salva vidas
El Dr. Yamamoto hace un llamado urgente a la acción:
"El pie diabético no tiene por qué ser una sentencia. Si tienes diabetes, revisa tus pies todos los días, usa calzado adecuado y no ignores ninguna señal de alarma. Acude a tu médico regularmente y, sobre todo, mantén tu glucosa bajo control. La diferencia entre conservar tus pies o perderlos puede depender de un simple chequeo a tiempo".
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