La conductora Yolanda Andrade compartió en su cuenta de Instagram un video para hablar sobre su estado de salud y el proceso que enfrenta tras haber sido diagnosticada con esclerosis lateral amiotrófica (ELA). En el clip, la conductora aparece con dificultad para hablar, pero explica cómo ha vivido esta etapa de cambios complejos y constantes.
“Han sido días muy difíciles desde que me diagnosticaron ELA y otras cositas más. Ha sido un año muy pesado para mí, para mi familia y mis seres queridos”, expresó. Reconoció que el video podría resultar extraño para algunas personas, pero señaló que quiso compartirlo porque ha conocido a muchas otras que viven con esta enfermedad degenerativa.
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Andrade dijo que su condición varía día a día: “A veces estás bien, a veces estás mal, no puedes moverte ni abrir los ojos, caminar, hablar, una fatiga crónica, son muchas cosas”. A pesar de ello, agradeció las muestras de apoyo y los mensajes de buenos deseos que ha recibido.
En su mensaje también relató que recientemente estuvo hospitalizada, donde le colocaron un nuevo catéter para la administración de suero y medicamentos. “Hace poco estuve en el hospital, me tuvieron que sacar porque me pusieron este catéter nuevo… Estoy feliz de ver a mi familia”.
¿Qué es la ELA?
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA), también conocida como enfermedad de Lou Gehrig, es un padecimiento del sistema nervioso que afecta a las neuronas del cerebro y la médula espinal, responsables del control de los movimientos voluntarios, de acuerdo con información de Mayo Clinic.
La enfermedad provoca una pérdida progresiva del control muscular y empeora con el tiempo; lo peor de todo es que no tiene cura y su causa exacta aún se desconoce, aunque en alrededor de 10 % de los casos es hereditaria.
Entre los síntomas más comunes se encuentran la debilidad muscular, dificultad para caminar o realizar actividades cotidianas, tropezones y caídas, problemas para hablar o tragar, espasmos musculares, así como cambios en el pensamiento o el comportamiento. Con el avance de la enfermedad, pueden presentarse complicaciones respiratorias, dificultades severas para el habla y la alimentación, e incluso demencia frontotemporal en algunos casos.
La ELA afecta de manera progresiva los músculos necesarios para moverse, hablar, comer y respirar. Aunque muchas personas fallecen entre 14 y 18 meses después del diagnóstico, algunos pacientes pueden vivir más de una década con la enfermedad.
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