En Veracruz, los damnificados por las inundaciones llevan más de tres días conviviendo con agua sucia, estancada y pestilente, y debido a la contingencia, en medio del lodo, los vecinos intentan limpiar sus casas o asearse con el mismo líquido contaminado, sin otra opción a la mano.
El agua de las inundaciones no es solo lluvia acumulada, se mezcla con aguas residuales de drenajes desbordados, productos químicos, basura, restos de animales y desechos tóxicos. Esta mezcla se convierte en un caldo de cultivo para microorganismos peligrosos.
La Comisión Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) advierte que estas condiciones propician el desarrollo de microorganismos infecciosos y favorecen el aumento de fauna nociva como mosquitos y roedores, transmisores de dengue, zika, leptospirosis y otras enfermedades.
Principales amenazas para la salud
Entre las enfermedades más comunes tras una inundación están:
- Enfermedades Diarreicas Agudas (EDA): Incluyen cólera, fiebre tifoidea y disentería. Son potencialmente graves y pueden causar deshidratación severa, especialmente en niños y adultos mayores.
- Leptospirosis: Una infección bacteriana transmitida por el contacto con agua o tierra contaminada con orina de animales infectados, principalmente ratas. Puede causar fiebre alta, daño hepático y renal.
- Infecciones de la piel: El contacto prolongado con agua sucia provoca dermatitis, sarpullidos e infecciones en heridas abiertas.
- Conjuntivitis y tétanos: La exposición ocular y las lesiones cutáneas mal atendidas pueden derivar en infecciones oculares y tétanos, si no se cuenta con vacunación actualizada.
Riesgo latente y falta de respuesta
Mientras tanto, las familias en las zonas afectadas siguen esperando ayuda. “No tenemos agua limpia ni medicinas. Lo único que queremos es que vengan los médicos”, relatan los habitantes, que temen que la situación se agrave en los próximos días.
Los expertos advierten que, sin una intervención sanitaria inmediata, los casos de diarreas, infecciones cutáneas y fiebre podrían dispararse. La vigilancia epidemiológica y la distribución de agua potable y sueros orales son medidas urgentes para evitar una crisis mayor.
Veracruz no solo enfrenta una emergencia por las lluvias, sino por el riesgo invisible que dejan las aguas contaminadas: enfermedades que pueden propagarse tan rápido como el desastre que las originó.
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