Cada 6 de mayo se conmemora el Día Mundial del Asma, una enfermedad crónica que afecta a los pulmones y puede dificultar seriamente la respiración. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que 300 millones de personas tienen la enfermedad y que ha causado 461,000 defunciones. En México, según datos de la Iniciativa Global para el Asma, 8.5 millones de personas lo padecen.
El asma no tiene cura pero sí puede controlarse con el tratamiento adecuado y la identificación oportuna de sus síntomas. Cuando no se recibe la atención adecuada, puede causar trastornos del sueño, cansancio durante el día y problemas de concentración.
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Comúnmente se presenta en la infancia, aunque a cualquier edad puede ser un problema. Reconocer las señales de alerta es clave ya que cuando una persona asmática presenta síntomas intensos, puede necesitar atención urgente y, en ocasiones, hospitalización para someterse a tratamiento y seguimiento.
La Clínica Mayo señala que el asma puede desencadenarse por factores ambientales, alergias, ejercicio o infecciones respiratorias.
¿Qué señales de asma debemos tener en cuenta?
Los síntomas del asma pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes incluyen:
- Tos persistente, especialmente en la noche
- Dificultad para respirar
- Silbidos o chillidos al respirar
- Opresión o dolor en el pecho
- Aumento de síntomas por la noche o al hacer ejercicio
- Mayor cansancio al hacer actividad física
- Aumento de síntomas respiratorios durante o después de un resfriado o gripe
Reconocer estos signos tempranamente puede hacer la diferencia entre una vida saludable y una que se ve limitada por las complicaciones de la enfermedad.
Cuando las molestias se agravan mucho, se produce una crisis asmática, lo que produce síntomas más intensos durante la noche o al hacer ejercicio. En algunas personas, los síntomas empeoran con los resfriadas o los cambios de temperatura.
La doctora Irlanda de Jesús Alvarado, neumopediatra, explica a SuMédico que incluso los bebés pueden experimentar formas de asma, conocidas como asma del lactante, donde los pequeños pueden presentar síntomas de tos con actividades cotidianas como comer o reírse, algo que suele dejarse pasar o malinterpretarse simplemente como resfriados frecuentes.
Causas del asma
No se conocen con exactitud todas las causas del asma, pero se ha identificado que hay una combinación de factores genéticos y ambientales. Entre los desencadenantes más comunes se encuentran:
- Alérgenos como el polvo, el polen de árboles, el moho o el pelo y plumas de mascotas
- Infecciones respiratorias
- Aire frío o contaminado
- Ejercicio físico intenso
- Estrés o emociones fuertes
- Humo de cigarro o sustancias irritantes
- Jabones fuertes y perfumes
La OMS alerta que las personas con antecedentes familiares de asma, alergias u otras enfermedades respiratorias tienen mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad. Tener otras alergias como eccemas y rinitis también aumentan el riesgo de que aparezca asma.
Otro factor que incrementa el riesgo de padecerlo es la obesidad, tanto en los niños como en los adultos.
El lugar en el que vivimos puede influir de igual manera en el desarrollo del asma y es que un artículo de Gaceta UNAM, menciona que en las costas su incidencia es mayor debido a la humedad, que propicia la proliferación de pólenes, ácaros y cucarachas, que desencadenan crisis asmáticas en quienes la padecen.
¿Qué tratamientos hay para el asma?
Una vez que se identifican los síntomas, un médico debe hacer el diagnóstico mediante un examen físico, historial clínico y con pruebas de función pulmonar. Si se confirma el asma pueden recibirse tratamientos para controlarlo como:
- Medicamentos de alivio rápido (broncodilatadores que envían los fármacos directamente a los pulmones)
- Medicación preventiva de uso diario (corticosteroides inhalados)
- Evitar los desencadenantes en el entorno
- Crear un plan de acción personalizado para el manejo de crisis
Es muy importante mantener la casa limpia y libre de humo de cigarro, reducir el polvo y los ácaros, así como prestar atención a la calidad del aire exterior. De ser necesario, se puede usar un purificador de aire.
Recuerda que el asma es una condición que requiere vigilancia y cuidados constantes, pero no impide llevar una vida plena si se trata a tiempo. La clave está en el conocimiento, la prevención y en seguir un tratamiento constante.
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