Muchos padres se esfuerzan en darle a sus hijos todas las herramientas para que sean muy inteligentes, que aprendan idiomas y saquen las mejores calificaciones, pero ¿Qué hacemos para que tengan inteligencia emocional? Según expertos de la Universidad de Harvard hay un secreto para trabajar estas cualidades en los niños.
La inteligencia emocional se define como la habilidad de gestionar, entender y usar adecuadamente nuestras emociones, permitiendo un buen manejo del estrés, mejores habilidades de comunicación y menos conflictos con los demás.
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Trabajar la inteligencia emocional es fundamental para generar vínculos saludables tanto en el hogar, como en el trabajo, la escuela y las relaciones de pareja. También nos permite mejorar nuestra autoestima.
A pesar de que el manejo de las emociones es fundamental para el buen desarrollo personal, pocas veces los padres se enfocan en enseñar estas habilidades a los hijos porque se cree que no es tan importante o porque ellos mismos no saben cómo abordarlo.
¿Qué hacer para que los niños tengan inteligencia emocional?
De acuerdo con un artículo de UNAM Global, entre las competencias emocionales que debemos promover en los niños se encuentra el autoconocimiento, autocontrol, automotivación, empatía, habilidades sociales, asertividad, proactividad y creatividad en la forma de afrontar y resolver problemas.
Para conseguirlo, la Universidad de Harvard menciona que hay un secreto infalible: pedirles a los niños que ayuden con las tareas del hogar.
Involucrar a los niños en las labores domésticas desde temprana edad, como regar las plantas, poner la mesa o llenar el balde de agua de las mascotas, no solo contribuye al funcionamiento del hogar, sino que también tiene múltiples beneficios para su desarrollo personal y académico. Un estudio de Harvard Research destaca los más importantes:
- 1. Fomenta la responsabilidad y el compromiso
Al asumir tareas como ordenar su habitación o ayudar en la cocina, los niños aprenden sobre responsabilidad y compromiso. Esta participación les enseña que sus acciones tienen un impacto en el bienestar familiar y que su contribución es valiosa.
- 2. Mejora la autoestima y la confianza
Completar tareas domésticas les brinda a los niños una sensación de logro y competencia. Saber que pueden contribuir efectivamente al hogar fortalece su autoestima y les da confianza para enfrentar nuevos desafíos.
- 3. Desarrolla habilidades organizativas y de planificación
Participar en las tareas del hogar ayuda a los niños a desarrollar habilidades organizativas y de planificación. Aprenden a gestionar su tiempo, establecer prioridades y seguir instrucciones, habilidades que son transferibles al ámbito académico y otras áreas de su vida.
- 4. Promueve la empatía y el trabajo en equipo
Al colaborar en las labores domésticas, los niños comprenden el esfuerzo que conlleva mantener un hogar. Esta comprensión fomenta la empatía hacia otros miembros de la familia y les enseña la importancia del trabajo en equipo y la cooperación.
- 5. Establece hábitos saludables y rutinas
Incorporar tareas domésticas en la rutina diaria de los niños les ayuda a establecer hábitos saludables. Estas rutinas proporcionan estructura, lo que puede mejorar su sentido de seguridad y estabilidad, aspectos fundamentales para un desarrollo emocional equilibrado.
- 6. Los prepara para la vida adulta
Aprender a realizar tareas domésticas desde una edad temprana prepara a los niños para la independencia en la vida adulta. Les proporciona habilidades prácticas y les enseña la importancia de la autosuficiencia y la autogestión.
Otras recomendaciones para la inteligencia emocional de los niños
Además, es importante que los niños aprendan a expresarse y a lidiar con sus emociones, para ello, la profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, María Santos Becerril Pérez recomienda:
- Permitirles sentir sus emociones. Evita decirles a los pequeños que no lloren o que no estén tristes. Escúchalos y ayúdalos a que encuentren la causa de por qué se sienten así.
- Pregúntales sobre la intensidad de la emoción. Es importante saber qué tan enojado o triste está.
- Ayúdale a entender sus emociones y a ser empático. Si lo notas triste, dile que tú como adulto también te has sentido así por varias razones y que está bien.
- Refuerza su autoestima. Elogia sus logros, dale ánimos y sé abierto a sus emociones cuando lo necesite.
- Deja que tome decisiones y responsabilidades. Dejarlo participar en algunas actividades del hogar, como la limpieza o la compra de los alimentos, lo hace sentir importante y que valorado.
Ya lo sabes, preparar a tus pequeños desde una edad temprana para desarrollar inteligencia emocional es una de las mejores cosas que puedes hacer por ellos, así que empieza hoy a fomentar una buena salud mental y autoestima.
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