RELACIONES DE TRANSICIÓN

¿Qué son 'las relaciones de transición'? Esto dicen los expertos

Esta clase de vínculo forma parte de las tendencias entre los jóvenes

Las relaciones de transición pueden ser de despecho
Las relaciones de transición pueden ser de despechoCréditos: Canva
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Las relaciones de pareja han tenido múltiples mutaciones en el siglo XXI de la actualidad, con el impulso de las redes sociales, el sistema capitalista consumista y el desapego de los vínculos humanos. Conceptos en el lenguaje inglés han surgido para nombrar nuevas experiencias de actualidad, entre ellos relaciones de transición.

En psicología, una relación de transición es un vínculo afectivo que surge durante un periodo de cambio emocional o vital importante, como el fin de una relación amorosa, un duelo, una mudanza o una crisis personal. Su función principal no es necesariamente durar en el tiempo, sino ayudar a la persona a adaptarse al cambio y recuperar estabilidad emocional.

Las relaciones de transición son posibles por el trauma de la relación anterior / Pexels

El término proviene del concepto de objeto de transición propuesto por el psicoanalista Donald Winnicott, que describía cómo los niños usan un objeto (como una manta o un peluche) para sentirse seguros cuando están separados de sus padres. En la adultez, este principio puede trasladarse a las relaciones: una persona puede convertirse simbólicamente en un “objeto de transición” cuando ayuda a otra a superar un momento de pérdida o transformación.

De acuerdo al diario español 20minutos, "Las denominadas relaciones de transición en psicología, en teoría, cumplen la misión de ayudar a la persona dolida a ir superando etapas, y a olvidar poco a poco una relación para dar paso a una nueva situación emocional".

¿Cómo funciona una relación de transición?

  1.  Surge poco después de una ruptura o pérdida importante.
  2. La persona busca apoyo emocional y consuelo ante la soledad o el vacío.
  3. Tiene una función reparadora.
  4. Ayuda a reconstruir la autoestima y a recuperar confianza en el vínculo afectivo.
  5. Suele ser temporal o inestable.
  6. No siempre se consolida como una relación duradera, ya que su propósito es acompañar un proceso.
  7. Puede implicar dependencia emocional.
  8. A veces, la persona que atraviesa el duelo se apega intensamente a la nueva pareja.
  9. Favorece la autocomprensión.
  10. Aunque no perdure, puede ayudar a reconocer necesidades emocionales y patrones de apego.

Según el columnista Robert Taibbi, especialista en salud mental, "La transición es un momento para centrarte en lo racional en lugar de lo irracional, aprender lecciones pasadas, imaginar el ideal y explorar".

En una ruptura las personas pueden buscar nuevas conexiones como una forma de aliviar el malestar emocional, lo cual puede ser saludable si se hace con conciencia y sin negar el proceso de duelo.

En ese sentido, una relación de transición puede ser una etapa intermedia entre el dolor y la recuperación emocional, pero si se convierte en una forma de evitar enfrentar la pérdida, puede prolongar el malestar o generar confusión afectiva.

"Antes de consolidar tu próximo capítulo, explora y aprovecha lo anterior. No te limites a saltar a una nueva relación que es un paso adelante del pasado o que podría explotar después de unos meses", sentencia Taibbi.

Después de terminar una relación de muchos años, alguien puede iniciar una nueva pareja rápidamente. Si esta nueva relación ayuda a sanar, recuperar confianza y redefinir lo que se busca emocionalmente, cumple una función positiva. Pero si se usa solo para llenar el vacío o evitar el duelo, puede convertirse en una fuente de sufrimiento para ambos.

¿Tendrías una relación así?

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