De acuerdo con datos del Análisis de Competitividad en Cadenas Globales de Valor Estratégicas para México del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 2024 México alcanzó exportaciones totales en dispositivos médicos por más de 22 mil millones de dólares, lo que representa el 8.66% de las exportaciones mundiales, consolidándose como uno de los principales actores globales en este rubro.
No obstante, detrás de esta cifra que refleja capacidad industrial y posicionamiento internacional, se oculta una vulnerabilidad estructural: la mayor parte de las materias primas y componentes críticos utilizados para sostener estas exportaciones no se producen en México.
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Esta dependencia limita el potencial de crecimiento real de la industria, encarece la operación y expone al país a crisis logísticas y geopolíticas. Si México lograra desarrollar una base local de insumos y componentes, el impacto no solo fortalecería la balanza comercial, sino que convertiría al país en un auténtico hub regional de innovación y manufactura avanzada en salud, asegurando además mayor soberanía tecnológica.
De maquilador a fabricante integral
Actualmente, México es reconocido como un gran exportador y ensamblador de dispositivos médicos. Baja California, Sonora y Chihuahua concentran clústeres industriales estratégicos, con alta especialización en ensamble, componentes y esterilización de dispositivos médicos.
Las principales empresas de manufactura de dispositivos médicos y comercialización al mayoreo se localizan principalmente en Baja California, Chihuahua, Sonora, CDMX y Tamaulipas, totalizando 181 establecimientos según datos de INEGI (2024). Estas instalaciones se especializan en procesos de alto volumen: ensamblaje, esterilización y empaquetado.
Sin embargo, el ensamblaje depende casi por completo de materias primas y componentes importados, como resinas de grado médico, polímeros especiales y microcomponentes electrónicos. Muchos productos deben incluso ser enviados a Estados Unidos para procesos finales de validación antes de su distribución, evidenciando la falta de integración profunda.
La urgencia de relocalizar insumos estratégicos
La pandemia demostró el alto costo de depender de cadenas globales frágiles. Se encarecieron los materiales, aumentaron los tiempos de entrega y México experimentó dificultades para abastecer tanto su mercado interno como sus compromisos de exportación.
Por ello, la relocalización de insumos estratégicos en dispositivos médicos no es solo una prioridad industrial, sino un imperativo de seguridad sanitaria.
El Plan México plantea aumentar en un 15% la sustitución de importaciones y alcanzar 60% de contenido nacional en compras públicas al sexto año. Pero para que esto no quede en el papel, se requieren incentivos fiscales concretos, apoyos a la innovación y una estrategia nacional de inversión en producción de insumos.
El caso China: referencia clave para dispositivos médicos
China enfrentaba una situación similar hace dos décadas. En 2000, era un gran ensamblador de dispositivos médicos, pero dependía de insumos importados. Con el plan Made in China 2025, priorizó la creación de clústeres especializados, fomentó la investigación y desarrollo local y fortaleció sus políticas de compra pública.
Este plan incluyó objetivos específicos para el sector salud y dispositivos médicos: desarrollar capacidad local en materias primas de grado médico, componentes electrónicos especializados, biopolímeros y nanotecnología, así como fomentar la creación de marcas nacionales fuertes y promover la certificación y estándares internacionales para sus productos. Además, se impulsó la formación de clústeres industriales altamente especializados y se otorgaron incentivos fiscales y financieros a empresas nacionales que invirtieran en investigación y desarrollo (I+D).
Hoy, China produce 85% de sus insumos críticos para dispositivos médicos y se consolidó como el principal exportador mundial. Su industria ahora controla la producción desde el material base hasta los dispositivos terminados, logrando independencia, estabilidad de precios y capacidad de respuesta rápida ante emergencias.
Este modelo permitió a China no solo garantizar su abasto interno, sino también volverse proveedor clave en crisis sanitarias globales.
México: la oportunidad de liderar en América Latina
México cuenta con talento técnico, experiencia en manufactura avanzada y una ubicación geográfica privilegiada. Además, el contexto global de nearshoring abre una ventana histórica para atraer inversión y detonar capacidades locales.
Pero esta oportunidad solo se aprovechará si se fortalece el vínculo academia-industria, se promueven programas de desarrollo de materiales y componentes, y se implementan políticas públicas alineadas con contenido nacional real.
Pasar de maquilador a productor integral de dispositivos médicos significa no solo ensamblar, sino diseñar, fabricar y exportar con valor agregado y tecnología mexicana.
Superar la paradoja de exportar sin fabricar los insumos es el camino para garantizar soberanía tecnológica, estabilidad económica y acceso equitativo a tecnologías médicas en todo el país.
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