Hacer y mantener amigos en la adultez puede ser un reto, pero la psicología ofrece estrategias prácticas para fortalecer vínculos significativos. A medida que crecemos, las responsabilidades laborales, familiares y emocionales reducen el tiempo disponible para crear o mantener amistades.
Las relaciones sociales influyen directamente en la salud emocional y en la prevención de trastornos como ansiedad y depresión. Las conexiones cercanas y vínculos pueden aumentar la longevidad y disminuir el estrés de la vida diaria.
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Por ello, el doctor en psicología Mark Travens nos da 3 claves para mejorar vínculos en la adultez. Aquí en Sumédico te explicamos todos los detalles.
¿Cómo puedo mejorar mis amistades, según la psicología?
La psicología demuestra que es posible fortalecer vínculos con pequeñas acciones intencionales. La vulnerabilidad es una base clave para generar confianza. Esto no significa exponerse de manera imprudente, sino compartir pensamientos y emociones auténticas con personas que han demostrado respeto y reciprocidad.
En palabras del psicólogo, "Las vidas de las personas están llenas de obligaciones, familiares, parejas y círculos de larga data a los que es difícil ingresar. Incluso cuando conoces a alguien que te gusta, puede parecer que intentas incorporarte a un carril de tráfico que ya se está moviendo a toda velocidad".
Por ello, pequeñas acciones pueden ser la diferencia:
- Mostrar interés genuino en las emociones de la otra persona.
- Agradecer cuando alguien comparte contigo aspectos personales.
- Permitir vulnerabilidad con el otro.
La conexión emocional profunda aumenta cuando ambas partes sienten un espacio seguro para ser auténticas.
Otro aspecto para considerar son los pequeños gestos, puesto que hacen grandes amistades:
- Enviar mensajes breves para saludar o dar seguimiento a problemas.
- Establecer reuniones periódicas, aunque sean cortas.
- Tener rituales simples: caminar juntos una vez por semana, desayunar mensual, etc.
En el planteamiento del especialista, pequeños contactos frecuentes construyen relaciones más sólidas a largo plazo.
"Cuando éramos jóvenes, los espacios comunes como las clases, la hora del almuerzo y los dormitorios facilitaban la amistad. No era necesario programarlo; era solo una parte de tu rutina. Pero la edad adulta puede empujarte a diferentes órbitas. Si dependes de la casualidad, pueden pasar meses entre mensajes de texto dispersos", señala.
Recuerda, participar en grupos comunitarios como una forma de mejorar la salud mental y reducir la soledad. Estas experiencias permiten conocer personas con valores y hábitos similares, lo que facilita amistades auténticas.
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