SÍNDROMES

Guillermo del Toro y el síndrome de Frankenstein

El síndrome Frankenstein hace referencia al temor de que las creaciones llevadas a cabo por el ser humano se vuelvan en su contra, destruyendo la humanidad

síndrome de Frankenstein.Créditos: canva
Escrito en MENTE SANA el

El síndrome Frankenstein describe el miedo ancestral a que las creaciones del ser humano- ya sean biológicas, tecnológicas o digitales- terminen por volverse en su contra. El concepto tiene su origen en la novela Frankenstein o el moderno Prometeo, escrita por Mary Shelley en 1818, una obra que sigue tan vigente como entonces en tiempos de inteligencia artificial y manipulación genética.

En la novela, el doctor Víctor Frankenstein desafía los límites naturales al crear vida a partir de fragmentos humanos, pero su criatura, despojada de amor y aceptación, acaba rebelándose contra su creador. “Tú eres mi creador, pero yo soy tu señor”, le dice el monstruo antes de destruirlo, convirtiendo la historia en una metáfora del castigo que sobreviene cuando la ambición humana supera a la ética.

De Shelley al laboratorio

El síndrome Frankenstei representa el temor de que los avances científicos y tecnológicos escapen de nuestro control. En los siglos XIX y XX, este miedo se proyectó sobre la energía nuclear, la clonación o la ingeniería genética; hoy, se refleja en el debate sobre la inteligencia artificial, los algoritmos autónomos y la edición genética.

Aunque estas innovaciones prometen mejorar la calidad de vida, también abren dilemas éticos sobre hasta dónde debe llegar el poder humano para crear o modificar vida. “Jugar a ser Dios”- como hizo Frankenstein- se convierte en una advertencia sobre las consecuencias de avanzar sin responsabilidad, de acuerdo con el portal la Mente es Maravillosa.

La clonación y el síndrome Frankenstein

El sitio la Mente es Maravillosa refiere que la clonación de la oveja Dolly hizo que en la sociedad se abriera el debate sobre la posibilidad de clonar personas, lo cual abre dos frentes de debate: el nivel técnico, se piensa que sí se puede hacer, aunque cabe destacar que la cuestión ética está presente. Cuando hablamos de clonación humana, son casi infinitos los debates éticos que se pueden abrir. El primer experimento de clonación de embriones humanos suscitó un rechazo por parte de instancias políticas y religiosas de todo el mundo.

Sin embargo, sus autores defendieron el avance científico al asegurar que no es para crear un ser humano, sino con “fines terapéuticos”. La clonación terapéutica cuenta con el apoyo de la mayor parte de la comunidad científica internacional, que confía en que este será un tratamiento potencial contra enfermedades crónicas, como el cáncer, alzheimer, parkinson o diabetes, entre otras.

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