¿Te harías una transfusión de sangre artificial? La demanda de sangre en los hospitales es cada día más elevada por múltiples intervenciones quirúrgicas en las salas de urgencia. En específico, por la sangre tipo O-, empleada para cualquier tipo de emergencia por la correspondencia en la donación universal.
Ante la demanda, la industria médica ha probado alternativas para la elaboración sintética de sustitutos sanguíneos para que sea aceptado por todos los grupos de sangre.
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De acuerdo con el Instituto Nacional de la Salud de EE.UU. (NIH, por sus siglas en inglés), el objetivo principal de estas sustancias es “mejorar el transporte de oxígeno a los tejidos sin necesidad de una transfusión convencional”.
Sin embargo, ningún esfuerzo médico había logrado la síntesis artificial de este tejido. Hasta ahora.
Cabe señalar que la sangre es un tejido que conecta todo el cuerpo a través del sistema circulatorio, transportando oxígeno, nutrientes y desechos. Está compuesta por plasma, glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, cada célula con funciones específicas en el organismo.
Primer lote de sangre artificial en el mundo ¿es seguro?
En la Universidad Médica de Nara, ubicada en Japón, un grupo de científicos dirigido por Hiromi Sakai logró la fabricación de sangre artificial, un tejido vivo y funcional elaborado de forma sintética.
“La sangre artificial se crea extrayendo hemoglobina —una proteína que contiene hierro y facilita el transporte de oxígeno en los glóbulos rojos— de sangre de donantes caducada. Posteriormente, se encapsula en una capa protectora para crear glóbulos rojos artificiales estables y libres de virus”, detalla Tokyo Weekender, medio de comunicación japonés.
Los científicos inyectaron 100 mililitros de la sustancia artificial en diversos participantes de ensayos clínicos. La mayoría de sujetos de prueba no mostraron efectos secundarios tras la inoculación, por lo que los científicos procedieron a aumentar las dosis a 400 mililitros.
Si se confirma que no hay consecuencias médicas en los grupos de control, el sustituto sanguíneo podría llegar al uso médico para el año 2030.
Según la información proporcionada por la Universidad de Nara, la sangre sintética puede conservarse hasta cinco años en la refrigeración correspondiente. Esto representa una mejora significativa con respecto a la sangre natural donada, que sólo puede conservarse refrigerada un máximo de 42 días.
La investigación continúa avanzando con apoyo de instituciones privadas, que ven en esta sangre una herramienta vital para enfrentar emergencias sanitarias, cirugías complejas y zonas con bajo acceso a bancos de almacenamiento.
El desarrollo de sangre artificial también abre la puerta a nuevas terapias en diferentes ramas de la medicina como: oncología y cardiología.